Ignacio Escolar, ganador del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2018, habla con EL MUNDO sobre los retos del periodismo, sus ideas de cómo un periodista puede contribuir a los procesos de democracia en un país y la forma como cree que deben actuar los actores de este oficio en un ecosistema informativo que cambia constantemente.

Las rotativas de grandes periódicos en el mundo se han apagado definitivamente, ¿cómo hacer para que la precariedad no amenace la independencia en el oficio de ser periodista?

El problema de la prensa está relacionado con la quiebra del negocio del papel en el mundo, no con la necesidad del periodismo independiente, ni con la demanda de los lectores por un buen periodismo, ni con la función social del periodismo. 

Afortunadamente, en internet estamos encontrando vías para poderle dar la vuelta a esa crisis y encontrar un modelo de sostenibilidad.

Nosotros en eldiario.es tenemos ya seis años y desde el primero estamos con un superávit, no tenemos deudas, pagamos bien a los periodistas, cada vez tenemos más periodistas contratados y cada vez crecemos más. 

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Ignacio, ¿y cómo lo han logrado?

Lo hemos hecho, en gran medida, apoyándonos de los lectores. Creo que la solución a la crisis de los periódicos pasa porque los lectores pagan los periódicos que consumen.

Basados en esa oferta, ¿cómo debe actuar, entonces, un periodista para contribuir a los procesos de democracia en un país? 

El servicio público de la prensa se basa por un lado en la honestidad, el trabajo, la profesionalidad y el rigor, y por otra parte en el compromiso ético con la verdad.

Creo que también no sólo es una responsabilidad de los periodistas sino también de las empresas informativas.

Para mí, todos los periodistas tienen autonomía, pueden pelear por su independencia, por su buen trabajo y buen hacer, pero prefiero que hayan instituciones a héroes.

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Es más importante que existan instituciones periodísticas sólidas y solventes, donde se defienda y se proteja al buen periodismo a periodistas que se pelen con sus editores e intenten sacar sus ideas adelante en contra del criterio de su empresa.

Es más fácil que hayan instituciones.

En el ecosistema informativo que vive cambiado, ¿cómo debe actuar hoy un periodista?

Le veo muchas ventajas al periodismo hoy. Para empezar, tenemos una tecnología mucho más barata, que permite que los costos sean completamente distintos a los que teníamos en el papel. 

En mi redacción, en eldiario.es, el 70% o 80% del costo son los periodistas, los trabajadores. Mientras que en las redacciones de papel son el 20% y el 80% es el papel, la distribución del papel y el costo industrial del papel; eso es una ventaja, permite tener empresas periodísticas más ligeras y por tanto es más sencillo convertirlas en empresas rentables y más independientes.

También tenemos la ventaja de que el medio es más rápido, más directo. Más allá de los atributos sentimentales, que a casi todos nos une con el papel o con la radio y la televisión, el internet hace todo lo que hacían estos medios antes, y mucho mejor, y hasta puede hacer cosas que ellos no hacían.

El problema está en que los grandes medios tienen por delante una reconversión, la que casi todos han empezado ya, pero no está terminada todavía, y que es muy dolorosa para muchos periodistas y muchos profesionales, porque está representando pérdidas de empleos en muchos sitios, eso es lo peor de todo este cambio.

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Es una fortaleza depender de los lectores, pero a veces nos puede llevar a errores. Al lector a veces hay que llevarle la contraria. 

¿Qué deben evaluar los medios que se resisten a esa reconversión que usted señala, a ese cambio que para algunos será obligado en el futuro?

Durante mucho tiempo, para las empresas periodísticas esa era una decisión complicada porque suponía sacrificar el presente para ganar el futuro, igual a aquel que tiene una pierna atorada en un cepo y debe perder la pierna para poder sobrevivir.

Claro que no es una decisión fácil, durante mucho tiempo el problema de los periódicos estaba en que la mayoría de sus ingresos estaban en el papel y la mayoría de sus lectores estaban en internet, y ahí surgió la pregunta, ¿hacía dónde te lanzas? Hacía los ingresos o hacía los lectores, y ¿cómo lanzarte hacía los lectores sino puedes sujetar los costos?

Creo que eso ahora ya está cambiando, sobretodo por los modelos de pago de lectores. 

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En Estados Unidos ya es una ola esto, que creo que nos llegará luego a todo los países por igual, así  como nos llegó de la misma manera la crisis.

Los periódicos de calidad están creciendo sus ingresos, a pesar de la publicidad baja y lo están sustituyendo con mayores ingresos de los lectores, y ese es el modelo que vamos a seguir todos.

Una idea revolucionaria

Ignacio Escolar es cofundador y director del portal español eldiario.es. Hace siete años decidió crear un medio revolucionario, y tuvo esa idea cuando fue testigo de la transformación de la prensa en España por la crisis económica y los problemas políticos.

El periodista español le apostó a un medio en el que estuviera garantizada, desde el principio, la independencia editorial. Esa idea cuajó entre los lectores y a los pocos meses, el proyecto comenzó a generar ganancias económicas, que por mínimas que fueran, resaltó Escolar, fueron importantes para garantizar su viabilidad a largo plazo de eldiario.es.

Seis años después, eldiario.es. suma ingresos de anunciantes, financiación de organizaciones internacionales y, especialmente, de una nutrida red de suscriptores, quienes pagan cinco euros mensuales para ayudar al sostenimiento del medio y tener acceso a contenidos exclusivos.

Hoy más de 30.000 personas creen en su método de hacer periodismo y se han hecho socios, a cambios de algunos beneficios, porque, según Sindo Lafuente, subdirector de eldiario.es, “consideran que un medio como eldiario.es. debe existir”.