Recuperar el sentido de pertenencia, formar y educar al ser humano, potenciar al máximo las cualidades e incluso capacitar debidamente a los entrenadores, son algunos de los pilares a los que se deben apuntar para formar a un futbolista íntegro y que llegue con bases sólidas al balompié de alta competencia.

Francisco Maturana no necesita carta de presentación. Es el director técnico que le cambió la mentalidad al futbolista colombiano, cuando a finales de la década de los años 80 asumió la dirección técnica de la Selección Nacional y llevó al balompié de nuestro país a otro nivel.

En el título de la Copa Libertadores de 1989 con Atlético Nacional, y con la Selección en el Campeonato Mundial de 1990, la clasificatoria a Estados Unidos 1994 y la Copa América de 2001, Maturana dejó una impronta de buen fútbol, que al día de hoy sigue siendo reconocido y ponderado en el orden internacional.

Francisco Maturana, ícono y referente del fútbol colombiano.

Pacho, miembro de la Comisión de Fútbol de la Fifa, entregó su mirada sobre el tema de la formación actual del futbolista y las bases que debe tener para llegar hasta lo más alto: “Siempre hay que enfocar al ser humano. Después, la tecnología está a la vista, los formadores están disponibles, pero el que va a sacar alguna diferencia en el tema formativo es el que sabe llegar al corazón, a la inteligencia del jugador, entender que más que jugador es un ser humano que hace deporte. En cuanto a la formación, todo ha cambiado, todos cambiamos, si no lo hacemos no evolucionamos. Es importante saber que atrás hay pistas que son fundamentales, la importancia de los mayores, del pasado, en el pasado siempre hay pistas para aplicar en el presente. Es evidente que el presente está decorado con una serie de directrices en un momento determinado, pero no se puede desconocer el pasado. Es importante que no descuidemos los códigos y los valores, que son determinantes”, aseguró.

Para Maturana, una de las claves en el proceso de formación de los jóvenes futbolistas pasa por recuperar el sentido de pertenencia: “Se ha perdido mucho este aspecto. Anteriormente todos los futbolistas del departamento querían jugar en la selección Antioquia. Es más, en esos años el fútbol colombiano estuvo muy nutrido por jugadores de la comarca, pero había una marca que tenía haber jugado en la Selección Antioquia, era un plus y a veces estar en la Selección era el orgullo y el sentimiento de un barrio... te iban a ver, te cuidaban, había alguna rivalidad entre barrios y cada habitante de esa comunidad se sentía en derecho de orientarlo a uno, que era el representante de la región. La misma gente lo cuidaba y lo orientaba, eso se ha perdido y debe recuperarse”, destacó.

“Uno piensa que los jugadores antioqueños se acabaron, que ya no surgen grandes talentos como ocurría antes, pero no es así, el talento nunca se ha perdido, hay que seguir buscando, mostrarle el camino, un talento motivado es algo fuera del común, es una bomba”, insistió Maturana.

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Para Camilo Pérez, jefe de scouting del Atlético Nacional, la formación del futbolista joven debe remontarse a lo integral: “Hay que tener en cuenta lo educativo, formativo, familiar y deportivo para tener jugadores íntegros, que quieran la profesión, que quieran progresar, disciplinados y que si no logran triunfar en el fútbol, lo hagan como seres humanos para la sociedad, eso es a lo que se le debe apuntar a la formación de los deportistas”, aseveró.

 “Hoy en día -prosiguió el entrenador- tenemos más tecnología, más facilidades en lo tecnológico, podemos corregir más al jugador, tenemos otras metodologías de entrenamiento, que pueden hacer que el jugador evolucione de una mejor manera”, señaló.

Pérez también se refirió a las problemáticas que tienen los deportistas: “La mayor es la distracción que tienen en muchos ámbitos… la tecnología, la música, las modas, la sociedad difícil de manejar por muchas aspectos, como son las drogas y la delincuencia, entre otras”.

En ese sentido, insistió que el acompañamiento familiar es imprescindible: “Es clave para un deportista contar con bases sólidas desde la familia, tener seguimiento de sus padres, hermanos, tíos, primos… que se rodeen bien y cuenten con un núcleo familiar que realmente les permita crecer como personas y deportistas”, reseñó.