Luego del sinfín de quejas y denuncias, en algunos casos anónimas y en otros públicas, pero con cierto dejo de hermetismo, y en medio de una creciente ola de rumores alrededor del futuro del fútbol femenino de nuestro país, algunas de las futbolistas de la selección Colombia decidieron romper el silencio y denunciar vetos e irregularidades que han ocurrido en los últimos años en el combinado patrio, al tiempo que sentaron una enérgica voz de protesta por las medidas que anunciaron el pasado miércoles la Federación Colombiana de Fútbol y la División Aficionada del Fútbol Colombiano (Difútbol), de reemplazar la actual Liga femenina por un campeonato sub-23.

Acompañadas por Carlos González Puche y Luis Alberto García, Director Ejecutivo y Secretario General de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), respectivamente, las jugadoras entregaron sus apreciaciones sobre la compleja problemática que atraviesa el balompié femenino, justo un día antes para la celebración del Día Internacional de la Mujer.

La más grave de las denuncias la presentó Daniela Montoya, quien después de varios años demostró que era cierto que estaba vetada para ser convocada a la Selección, situación que siempre fue negada por la Federación. Pese a sus condiciones, la mediocampista antioqueña no fue tenida en cuenta durante tres años luego del Mundial de 2015, donde asumió la vocería para exigir el pago de algunos premios que en su momento prometió la Federación. Daniela recién retornó a la Selección para disputar la Copa América del año pasado.

Durante la rueda de prensa de este jueves, celebrada en Bogotá, se reprodujo un audio en el cual Álvaro González, responsable de la Difútbol, tildó a Montoya de “sindicalista” y le dio a entender a que no volvería a ser citada al equipo nacional: “Como a nosotros nos llegó el aviso que la sindicalista es usted, y como nos llegó el aviso que usted reunió a la gente para decirle cuánto había que pedir, entonces usted no puede estar con nosotros. Porque en lugar de ser usted un alineante entre cuerpo técnico, jugadoras y nosotros (directivos)… usted es la punta de lanza contra nosotros. Si yo tengo una lanza en el rabo, ¿qué hago? Me la quito, para que no me chuce más, me la quito y estoy feliz”, fueron algunas de las palabras de González Alzate durante el audio presentado.

Entre lágrimas, Daniela Montoya exteriorizó el calvario que lo tocó a vivir tanto a ella como a su familia desde que aseguró que estaba vetada, y además porque no pudo cumplir el gran anhelo de representar a Colombia en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“Siempre se dijo a boca llena que en la Selección no había vetos. Pues esta es la prueba para aquellos que aún tenían dudas. Todas nosotras amamos a nuestro país, a nuestra Selección, y la ilusión es siempre representar a Colombia lo mejor que podamos”, dijo, con la voz entrecortada.

Acto seguido, Isabella Echeverri, referente del equipo, ofreció disculpas a su compañera en nombre del plantel por haberla dejado sola durante este tiempo, ya que públicamente ninguna jugadora en su momento apoyó ni respaldó las acusaciones que realizó Daniela.

Natalia Gaitán, capitana de la Tricolor, también denunció que la Federación les adeuda tres millones de pesos a cada una de las jugadoras, de los diez millones prometidos por la participación en el Mundial de Canadá 2015, a la vez que se quejó de la falta de ciclos de preparación y concentraciones, entrega de uniformes en mal estado, y deficiencia de equipos médicos, de gimnasia y de recuperación.

Oriánica Velásquez, otra de las jugadoras que se pronunció, manifestó que “hoy hablamos como futbolistas, pero también lo hacemos para la mujer deportista. Ramón Jessurún (presidente de la Federación) nos dio una cita para dialogar este lunes, pero nos dijo que no quieren que estemos acompañadas por abogados ni personas de la Asociación (Acolfutpro), que prefiere algo más personal. Hoy lo digo públicamente: no vamos a ingresar a esa reunión sin el acompañamiento de la Acolfutpro”.

Carlos González Puche también se mostró enérgico durante su intervención: “La Federación es una entidad sin ánimo de lucro, todo el dinero que entra es para desarrollar y fomentar, debe reinvertirse. Cada día reciben más dinero, pero el apoyo y fomento es menor. La Fifa pone dinero, nos gustaría que nos contaran qué se hace y cómo se invierte esa plata”, aseveró.

“Estas denuncias realizadas hoy serán enviadas, no solamente a la Federación Colombiana de Fútbol, sino también a la Vicepresidencia, a la Defensoría y a Coldeportes, no son inventos”, agregó el dirigente.

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¿Y la Liga Femenina?

El fútbol femenino de Colombia está convulsionado, no cesan los problemas. A los escándalos y denuncias presentadas por parte de las jugadoras, se sumó un nuevo inconveniente.

Resulta que los máximos dirigentes del fútbol profesional y aficionado del país se reunieron el pasado miércoles, en Bogotá, con el fin de definir el futuro de la Liga de fútbol femenina, y por lo que se anunció, el panorama no es precisamente el más alentador.

Una de las propuestas llevadas a la mesa fue la del cuestionado Álvaro González, que consiste en organizar un campeonato sub-20 o sub-23, y en el cual cada equipo podría inscribir entre tres y seis futbolistas de mayor edad.

Medida que califican como absurdas referentes del balompié femenino, toda vez que una decisión de esta índole implicaría que al menos 400 jugadoras queden desempleadas, y de paso, aplastar los sueños de miles de niñas que sueñan con llegar a la élite del deporte rey.

En su propuesta, González Alzate argumentó que la Liga sería una especie de híbrido, con equipos profesionales y aficionados, con grupos de entre 10 y 12 escuadras, y que tendría en la primera ronda al menos 22 partidos, al tiempo que precisó que será necesario el apoyo de Coldeportes y la Federación Colombiana de Fútbol.

También se mencionó la posibilidad de que ninguno de los elencos cuente con jugadoras extranjeras en sus filas.

Ramón Jessurún explicó que las dos ediciones anteriores de la Liga no dieron los resultados esperados, y descartó que las medidas que se van a adoptar de acá en más no tienen que ver con una retaliación, por las denuncias realizadas por algunas futbolistas: “No fue rentable, la Liga generó cuantiosas pérdidas a los equipos. Realmente no funcionó desde el punto de vista económico, no se trata de retaliaciones ni nada que se le parezca”, aseguró.

El directivo dijo que el próximo sería un torneo “semiprofesional”, que bien podría integrar a nuevas deportistas junto con las tradicionales.

Al respecto, Carlos González Puche dijo que “es absolutamente vergonzoso que el presidente de la Dimayor diga que la Asamblea aprobó el torneo femenino desde la Asamblea de diciembre y González, con el poder que tiene, haya manifestado que no habrá fútbol femenino profesional. Varios presidentes de clubes nos han llamado a la Asociación y nos han dicho que sí quieren hacer la Liga y que no dé los nombres porque ya sabe lo que pasa después con la Federación. Varios clubes están pendientes que en la Asamblea del próximo martes se ratifique lo de la Asamblea de diciembre, Álvaro González se tomó atribuciones y decidió crear otro campeonato para quitarle el dolor de cabeza a Jorge Vélez (presidente de la Dimayor) sobre algo que ya se había aprobado”.

“La falta de liga es un retroceso -prosiguió-. Además estamos esperando todavía que las declaraciones misóginas del señor Gabriel Camargo (presidente del Tolima) sean sancionadas. Desde el 3 de enero fueron puestas en conocimiento al presidente de la Dimayor, han transcurrido dos meses y la Comisión Disciplinaria aún no se ha manifestado”, concluyó.