Un emprendimiento paisa busca que con objetos, la sociedad recuerde la importancia de una vida inclusiva con las personas con Síndrome de Down.
El comentario de qué bonita está tu pulsera, camisa o cualquier accesorio no sería lo mismo sin una historia. Laura Llanos se sueña con clientes que luego de adquirir el producto, estén empoderados de la historia, de la causa que ella y su socia emprendieron por las personas con Síndrome de Down.
Su objetivo, más allá de asistencialismo, es que la sociedad los recuerde, los incluya. Una vida en la que se pase del "qué pesar" a "ellos también pueden" desempeñar tareas, labores, con todas las potencialidades que tienen.
En cuanto a cómo nació la idea, la historia transciende el proceso académico al personal. "Hice una lista de varias cosas y una de ellas fue las sociedades inclusivas. Ahí nació G3nuino, un proyecto de vida que está inspirado en mi hermana, que tiene Síndrome de Down y tiene 18 años. Yo siempre supe que quería hacer algo con ellos, porque cada persona que está al lado de ellos tiene que ser muy buen referente, son su guía", detalló Llanos.
Así nació la marca que ahora promueve de la mano de varios colaboradores. Su nombre es G3nuino, una marca que produce accesorios femeninos, cuyos diseños se inspiran en la visión y expresión de los chicos Down. Así cobra vida una manilla, réplica ampliada del tejido de la piel. Un par de alas, que simbolizan la libertad con la cual ellos demuestran los sentimientos positivos. Los aretes son abrazos que se miran desde arriba. Un anillo es doble porque el vínculo que los une a otros, está vaciado en amor.
"Yo soy de las que pienso que uno incluye al otro si lo conoce. Si la gente no conoce a los chicos son Síndrome de Down, no saben cuáles son sus capacidades, o saben para qué funciones contratarlos en sus compañías. Entonces, de primera mano he vivido la discriminación y el bullying, cómo hablan de sus características físicas", reflexionó, agregando que en ese sentido el objetivo de su marca es darles visibilidad.
La creación empieza con una sesión en la que participan varios chicos Down. Con palabras y dibujos expresan conceptos sobre diferentes temas que luego dos profesionales en Ingeniería de Diseño de Producto, egresadas de la Universidad Eafit, plasman en los accesorios. Susana Cañas es la cofundadora de la iniciativa.
Los participantes con Síndrome de Down, llamados Mentes Maestras, estarán empleados al proyecto. Más adelante, de hecho, una de ellas, que ahora estudia en la Universidad de Antioquia en un programa especial, será la líder y a su vez, la facilitadora para articular las ideas que aportan todos.
Las emprendedoras ganaron una convocatoria de la alcaldía de Medellín, con lo que lograron comenzar el proceso en octubre de 2017. No obstante, las dos socias buscan en este momento el capital inicial para comenzar la primera producción e incluso, un tercer socio para su proyecto.
Según datos de la Secretaría de Educación de Medellín del 2015, en esta ciudad existen 58.248 personas en situación de discapacidad, de las cuales 5.900 tienen alguna alteración genética, entre ellos síndrome de Down.