Paul Kagame ha sido el presidente de Ruanda desde 2003 y se destaca por la dureza con la que ha atacado a sus opositores.
Las fuerzas de seguridad de Ruanda han asesinado desde abril de 2016 al menos a 37 detenidos por presuntos delitos menores, la mayoría de ellos robos de objetos como plátanos o vacas, denunció este jueves Human Rights Watch (HRW), que exigió al Gobierno que actúe para frenar las ejecuciones extrajudiciales.
"Las fuerzas de seguridad ruandesas están realizando una brutal campaña de asesinatos a sangre fría en la provincia occidental", afirmó el experto de HRW para África, Daniel Bekele.
En el informe "Todos los ladrones deben ser asesinados: ejecuciones extrajudiciales en el oeste de Ruanda", HRW detalla cómo militares y policías, a menudo con la ayuda de las autoridades civiles, han ejecutado a decenas de delincuentes que no fueron llevados ante un tribunal para determinar su culpabilidad.
Tras entrevistar a más de un centenar de testigos, funcionarios, familiares y amigos de las víctimas, HRW documentó la desaparición de cuatro detenidos y la ejecución de 37 personas acusadas de delitos menores, como el robo de plátanos, una vaca o motocicleta, o de contrabando de marihuana, uso de redes de pesca ilegales o cruce ilegal de la frontera desde la República Democrática del Congo.
Según el informe, las autoridades utilizaron las ejecuciones extrajudiciales como "advertencia", ya que en la mayoría de los casos contaron en reuniones públicas qué había pasado con los detenidos y amenazaron a los residentes con hacer lo mismo con el resto de ladrones y criminales de la región.
"Los asesinatos y las desapariciones forzadas parecen haber sido parte de una estrategia más amplia para difundir el miedo, hacer cumplir el orden y disuadir cualquier resistencia a las órdenes o políticas gubernamentales", afirmó HRW en un comunicado.
Además, muchos familiares fueron amenazados cuando trataron de recuperar los cuerpos de sus seres queridos, por lo que tuvieron que enterrarlos en secreto, abandonar sus aldeas y no denunciar por miedo a represalias.
HRW exigió al Gobierno de Ruanda que garantice el fin de las ejecuciones extrajudiciales y que investigue de manera exhaustiva e imparcial esas muertes para llevar ante la justicia a los responsables.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, de 59 años ha sido criticado en repetidas ocasiones por la dureza con la que ha reprimido a críticos y disidentes.
Tras reformar la Constitución, ahora Kagame aspirará a la reelección en los comicios del próximo 4 de agosto, en medio de numerosas críticas de organizaciones internacionales que advierten del clima de terror previo a los comicios.
Su partido, el Frente Patriótico Ruandés, una formación tutsi, domina la política del pequeño país africano desde que el brazo armado de esa organización (ahora convertido en el Ejército ruandés) se hizo con el poder en junio de 1994, zanjando cien días de genocidio.
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