El aumento anual en el impuesto pagado por la utilización de bolsas plásticas ya se hizo efectivo en Colombia desde la primera semana de enero. Así las cosas, con el incremento de $10 por cada recipiente desechable, su precio actual se fijó en $30 para 2018. Pese a la controversia que en un primer momento generó esta iniciativa para desincentivar el uso de los sacos plásticos, desde el Ministerio de Ambiente se considera que el balance a casi siete meses de su implementación es positivo.

“Según algunas cifras de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) se han logrado reducciones en la distribución de bolsas plásticas de hasta un 50%. En este momento acaba de salir el decreto 2198 del 26 de diciembre de 2017, que ofrece una tarifa diferencial, e incluso una exoneración del impuesto al comerciante que utilice bolsas biodegradables”, precisó el coordinador de Desarrollo Sostenible del Ministerio de Ambiente, Carlos Jairo Ramírez.

Ramírez consideró que con el decreto 2198 se abre la puerta a un mejoramiento en los procesos productivos del país en materia de bolsas desechables, y de igual manera en materia de investigación y tecnología “para poner en el mercado productos más amigables con el medio ambiente”.

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Básicamente con esta nueva disposición gubernamental, a juicio del coordinador, se motiva a los fabricantes de sacos plásticos a migrar hacia unas talegas más ecológicas y a eliminar el uso de metales pesados en su elaboración.

“Desde el Ministerio de Ambiente estamos desarrollando otra serie de instrumentos para promover la economía circular, que consiste en devolver al ciclo productivo los materiales desechados, es decir, tratar de llevar la menor cantidad posible de residuos a los rellenos sanitarios. Entonces, muy pronto anunciaremos esas nuevas determinaciones, como la norma para la separación de la fuente (clasificación por colores que ayuda a identificar el uso específico de cada bolsa)”.

El coordinador de Desarrollo Sostenible adelantó que próximamente las normas aplicarán también para envases y todo tipo de recipientes, con el propósito de garantizar que esos materiales sean aprovechados al máximo.

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Ramírez recordó que el cobro de este impuesto no se hace por decisión de los almacenes o establecimientos comerciales, es una norma gubernamental, cuyo recaudo va a las arcas del Estado para seguir fortaleciendo proyectos de interés ambiental.

“En los supermercados le preguntan a los compradores si desean llevar los productos en una bolsa, en caso de que opten por llevarla, no le cobran la bolsa sino un impuesto. Con este gravamen se mejoró la conciencia ciudadana y lo que vemos es una reducción significativa en el uso de estos recipientes plásticos”, afirmó el director técnico de Asuntos Ambientales adscrito al ministerio de Ambiente, Willer Edilberto Guevara.

“Los datos que tenemos indican que se redujo la utilización de las talegas entre un 30 y 40%, estamos esperando que se haga el balance del recaudo con este impuesto, que se presume podría entregarse en este mismo mes”, afirmó Guevara.

El grado de resistencia en los ciudadanos frente al impuesto, consideró Guevara, ha disminuido, y se debe a la labor pedagógica que se hizo con el ánimo de orientar a los consumidores colombianos para dejar claro que no se cobra la bolsa, se cobra un impuesto por utilizar la talega. “Ahora tenemos más aceptación con la norma, que debe incrementar progresivamente hasta el 2020, hasta llegar a un tope de $50”.