La disolución del Parlamento y el traslado de Puigdemont a Bruselas muestra que los independentistas cedieron a presión del Ejecutivo español.
El Gobierno español inició este lunes su estrategia de presión para que los exfuncionarios catalanes destituidos el pasado jueves dejen sus cargos a la mayor brevedad, la cual ha generado que los independentistas cedan frente a la culminación del plan de un Estado autónomo de España.
Luego de las demandas presentadas a la Fiscalía General contra el Gobierno y el Parlamento de Cataluña por rebelión, sedición y otros delitos, la presidenta de la corporación legislativa, Carme Forcadell, retiró la convocatoria de la Mesa prevista para este martes al considerar que la disolución de la Cámara decidida por el Gobierno español deja sin efecto su actividad.
El decreto aprobado el viernes pasado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy incluía, aparte del cese del Gabinete regional, la disolución del Parlamento autonómico y la convocatoria de elecciones para el 21 de diciembre.
Fuentes parlamentarias aseguraron que Forcadell canceló la reunión de la Mesa prevista para mañana y da por disuelta la Cámara.
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Forcadell acudió al Parlamento catalán ya que la presidenta mantiene su cargo hasta la elección de los nuevos diputados.
Entre los miembros del Gabinete regional catalán, cesados todos por orden del Gobierno, sólo uno de ellos, el consejero de Territorio y Sostenibilidad Josep Rull, acudió a su despacho y difundió una foto por las redes sociales, pero lo abandonó poco después.
Luego del anuncio del ente de investigación, el gobierno nacional aseguró que el expresidente del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, está en Bruselas. Este traslado se dio media hora después del anuncio de estas medidas en contra del poder ejecutivo y legislativo regional.
Otra de las señales del triunfo del Gobierno español es que el partido independentista catalán Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) confirmó que concurrirá a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, aunque las considera "ilegítimas" porque han sido convocadas por el Gobierno español de Mariano Rajoy para restaurar la legalidad constitucional en la región.
En rueda de prensa, el vocero de ERC, Sergi Sabrià, dijo que "las urnas no nos dan miedo", por lo que "encontraremos la manera de participar" en la cita del 21 de diciembre.
ERC (republicanos de izquierdas) es uno de los partidos integrantes de la coalición independentista que gobernaba Cataluña y su líder, Oriol Junqueras, era vicepresidente en el Gabinete de Carles Puigdemont.
Las encuestas previas al viernes dan a ERC el primer lugar en intención de voto entre todos los partidos y un sondeo publicado el pasado domingo por El Mundo confirmaba esa tendencia.
Tras la reunión de la dirección de ERC, Sergi Sabrià aseguró que las instituciones catalanas "han sido ocupadas de manera ilegal" como consecuencia del decreto del Ejecutivo español.
Se trata de un "golpe de Estado" en palabras del portavoz, quien sin embargo abrió la puerta a la presencia en los comicios del 21 de diciembre porque hay que "preservar esta república frágil y a la vez rechazar la usurpación que supone" la intervención de la autonomía por parte del Ejecutivo de Rajoy.