La ciudad invertebrada

Autor: Darío Ruiz Gómez
5 mayo de 2019 - 09:35 PM

¿Qué me puede hacer sentir medellinense si para la administración el ciudadano no existe y la idea de ciudad se limita a hacer “obras públicas”?

Medellín

Darío Ruiz Gómez

 

Invertebrados son aquellos animales que carecen de columna vertebral. Una forma se disuelve cuando pierde esa columna que le permitió vertebrar una geografía, un territorio. Ortega y Gasset escribió: España invertebrada porque aún la noción de unidad en el territorio estaba dispersa, sin un concepto generador que le permitiera aspirar a una vertebración necesaria para que lo fragmentado se uniera en la diversidad. Es imposible imaginar la existencia de una ciudad invertebrada pero sí, insólito caso del Medellín actual, desvertebrada, debido a la ausencia de un proyecto de ciudad, al arrasamiento de la historia ciudadana, a la incapacidad de responder al desplazado, al nómade, al amenazado por las especulaciones urbanísticas. Medellín al perder en estos últimos diez años su Centro –que fue un imaginario de referencia, de identidad en el proceso de la función de Junín- al des-centrarse, careció de una idea de ciudades dentro de la ciudad en la planificación de sus nuevas territorialidades ya que aquellos elementos de estructuración urbana que le permitieron reconocerse en determinados espacios de vida cívica, una idea de la calle, una poética del barrio, la presencia de unas temporalidades, de unas marcas urbanas intangibles, al invertebrarse a causa del desaforado contratismo, de un desafortunado POT, se ha caotizado de tal manera que de la exasperación ante la ineficacia burocrática para que la ciudad funcione , hemos pasado a la constatación de que la ciudad del ciudadano se ha perdido como se demuestra en la pérdida del espacio público y las extravagantes cifras de asesinatos ya que el crimen se produce en espacios que dejaron de ser cívico para convertirse en el azaroso escenario de la violencia entre quienes se han apropiado de estos territorios para imponer sus códigos crueles de sometimiento, donde estaba la casa, están ahora el burdel, el vicio. ¿De qué tipo de vida ciudadana hablamos para que el alcalde crea que todos estos problemas se resuelven maquillando un Centro cuyos contenidos habían ya desaparecido, cuando, además, se han ido dando centralidades alternativas que sin embargo Planeación ha sido incapaz de reconocer semánticamente, cuándo no hay una estructura vial integradora con el resto de la ciudad? ¿Podía hacerse esta apropiación sin hacer previamente una profunda renovación urbana de los sectores criminalizados? Un espacio urbano no existe sin la presencia de un protagonista específico y toda la delincuencia que se ha apoderado de los parques del Centro no puede ser asimilada al actor cívico de un espacio que estructuraba mentalmente a todos los ciudadanos, brindándoles una referencia espaciotemporal, la certeza de poder recorrer jubilosamente a cualquier hora su entorno y no un escenario ficticio que no tendrá continuidad. En el momento de proyectar Parques del Río, y enfrentar el enorme flujo de la mayor troncal del país, se planteó este proyecto con dos deprimidos cuello-de-botella que son hoy un terrible fracaso debido a que no se rediseñaron las vías alternas, distribuidoras, lo que lo dejó reducido a un parque de barrio, y condujo al peor caos vial con una delirante promiscuidad vehicular que es causa directa de una altísima accidentalidad y al hecho de que hoy Medellín haya entrado en el colapso total como ciudad. Saber que el nuevo deprimido se quedará prácticamente durante años en ofensiva obra negra ya intensifica la rabia hacia esta ineficaz administración que fue incapaz de plantear siquiera una propuesta de vertebración integral de los diversos territorios para el intercambio y la integración social. ¿No son una bofetada al ciudadano los deprimidos que nada solucionan en El Poblado? ¿Y el caricaturesco “urbanismo” de materitas y rayas amarillas obstaculizando la circulación? ¿Y el hecho de que mientras se amplía en las calles el espacio de las ciclorrutas que pocos usan se haya declarado la guerra al vehículo particular? ¿Qué me puede hacer sentir medellinense si para la administración el ciudadano no existe y la idea de ciudad se limita a hacer “obras públicas” que nunca se terminarán y solamente señalan el fracaso de la tecnología y el triunfo de la corrupción?

Lea también: El centro

 

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