“El presidente se embarcó en su primer viaje al extranjero con una visión clara de que el mundo no es una "comunidad global" sino un campo en el cual las naciones, los actores no gubernamentales y las empresas participan y compiten para obtener una ventaja. Traemos a este foro una inigualable fuerza militar, política, económica, cultural y moral. En vez de negar esta naturaleza elemental de los asuntos internacionales, la abrazamos.” Así escribieron para la edición del pasado 31 de mayo del periódico Wall Street Journal dos de los altos consejeros del presidente Trump, H. R. McMaster y Gary Cohn.

Tanta franqueza confirma que desde la Casa Blanca se está manejando un país como si fuera un negocio, por supuesto mucho más grande que los anteriormente a cargo del principal ocupante de aquella en más de 20 países. Ahora se entiende bien lo que significa “Estados Unidos Primero”, así como la razón para el retiro de dicho país del Acuerdo de París sobre el cambio climático. En efecto, a pesar de que toda la humanidad comparte el mismo planeta, no existen comunes intereses al respecto y ese acuerdo no importa pues del mismo no es posible obtener un lucro inmediato, tal el caso de un negocio no interesado en el largo plazo.

De manera que la cooperación y la solidaridad entre naciones son conceptos vacíos, a menos que de ellas pueda obtenerse una ganancia. Esta vulgar versión de RealPolitik no debe sorprender a nadie pues así han procedido siempre los poderes imperiales. Lo cínico es que la declaración hable de una “fuerza moral” cuando esa declaración lo que hace es exacerbar el nacionalismo, uno de los grandes males de la historia del mundo y pariente cercano del fascismo.

El encomio del egoísmo y el rechazo al altruismo tienen antecedentes en Estados Unidos. Incluso cuentan con una filósofa marginal, Ayn Rand, quien señala en su libro Atlas shrugged, de 1957: “El hombre, todo hombre, es un fin en sí mismo, no un medio para los fines de los demás; debe vivir por su propio bien, sin sacrificarse por los demás ni sacrificando a otros para sí mismo; debe trabajar por su propio interés racional, con el logro de su propia felicidad como el más alto propósito moral de su vida".

Es inverosímil que este individualismo primitivo desconozca que fue la cooperación, en buena medida producto del lenguaje, lo que facilitó al homo sapiens la sobrevivencia a pesar de contar con medios escasos y condiciones ambientales poco favorables. Y qué fácil es hacer el tránsito de este individualismo a un pernicioso nacionalismo.

Lea también: Grandes sorpresas políticas en Estados Unidos

***

Universidad de Antioquia. Es necesario e importante rodear las autoridades de esta institución en su esfuerzo por garantizar la seguridad de sus miembros y la integridad del campus como fundamento para el cabal cumplimiento de su misión en los campos docente, investigativo y de extensión. Es inaceptable, como dice un comunicado del comité rectoral correspondiente al pasado 1 de junio, que “Desde hace varios años en el campus central de la Universidad se vienen presentando fenómenos que se apartan de los ejes misionales de la Institución, entre los que se cuentan la venta y el consumo de licor y sustancias psicoactivas, el comercio de mercancías ilegales, hurtos, amenazas y la realización de las denominadas ´rumbas´.” (ver http://tinyurl.com/ComiteRectoral).