El uso pedagógico de la tecnología y su adecuada implementación en el proceso formativo de un estudiante son elemento que resultan determinantes en el nivel académico y el marco de posibilidades a los que este puede acceder al terminar sus estudios.
Los dispositivos tecnológicos pasaron de ser vistos como distractores dentro del proceso educativo a ser considerados herramienta clave en la formación y actualización académica. La irrupción tecnológica modificó dinámicas sociales y económicas y la educación es uno de los campos que mayores variaciones ha vivido.
Por lo anterior, el nivel de actualización tecnológica de una institución de educación superior se convierte en un elemento clave al momento de decidirse por un centro de estudios para continuar con el proceso de educación formal.
María Victoria Mejía, Rectora del Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM), planteó que “la educación debe estar en constante actualización e ir a la par de la tecnología, el reto de todas las instituciones debe ser: no sólo estar a la vanguardia de las actualizaciones sino el de tener la flexibilidad que permita adaptar los cursos a las innovaciones tecnológicas, porque no se puede ser ajeno a los avances, entendiendo además que la tecnología se ha convertido en un gran aliado de la estrategia enseñanza-aprendizaje y es un gran complemento para quienes trabajamos con educación”.
Por su parte Patricia Ordoñez, coordinadora de proyectos de apropiación virtual de Colnodo (entidad sin ánimo de lucro que trabaja en temas de apropiación TIC), expresó que “lo principal en educación es no traspasar completamente lo presencial a lo virtual, porque hay diferencias entre los procesos metodológicos presenciales y virtuales. Hacer procesos pedagógicos virtuales requiere de una adaptación así que si tenemos un libro digital y lo subimos a una plataforma no estamos aprovechando el recurso, pero si ofrecemos experiencias virtuales de aprendizaje en los que se priorice lo dinámico, lo interactivo, la invitación a cuestionarse a partir de herramientas como infografías, preguntas y estrategias que resulten llamativas en lo digital, se está haciendo una adecuada apropiación tecnológica en el campo educativo”.
Ordoñez apuntó que las instituciones de educación superior deben hacer un esfuerzo de adaptación tecnológica “quienes aspiren a la educación superior también deben analizar si las instituciones a las que aspiran trabajan con herramientas tecnológicas en su formación; tanto en lo laboral como lo profesional se requiere cada vez un mayor nivel de habilidades tecnológicas e ingresar a instituciones con métodos tradicionales muy arraigados y poco abiertos a la innovación es acceder a la ampliación de una brecha tecnológica que posteriormente los va a afectar al momento de enfrentarse al campo laboral o estudios de posgrado”, dijo.
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Luz Doris Bolívar, Vicerrectora Académica de la Universidad de Medellín, afirmó que “temas como las bibliotecas tradicionales necesariamente tienen que girar para prestar un servicio a un estudiante que ya no sólo va a sentarse en la mesa convencional con el libro tradicional, sino que tendrá necesariamente que tener acceso remoto a bases de datos, mayores niveles de conectividad y profesores actualizados que mediante recursos educativos muy superiores propicien una aproximación al conocimiento mucho más lúdica y experiencial.
Bolívar concluyó afirmando que no se puede olvidar el ABC de las disciplinas pero hay que entender que el estudiante cada vez es un sujeto menos pasivo, por lo que también hay retos con aspectos como la propiedad intelectual “porque cuando se accede a tanta información con un sinnúmero de contenidos de todo el mundo, hay que reforzar el compromiso académico con buenas prácticas como la adecuada citación y el rigor en la revisión con plataformas que permitan evitar asuntos como el plagio”.