La violencia más allá de las fronteras de la escuela

Autor: Editor
10 octubre de 2018 - 12:10 AM

La lectura del contexto es el eje central de las problemáticas que debe abordar la escuela, dado que cada institución está ubicada en un territorio específico…

Anderson Steven Lozada quintero

Las instituciones educativas se han visto subordinadas al discurso económico, pues la escuela es considerada como la empresa y los estudiantes como sus usuarios. La educación es un servicio sin ninguna prestación social, puesto que lo social simplemente participa de la escuela en tanto institución pública, pero no de manera contextual. Uno de los aspectos más preocupantes en la incorporación del sistema económico a la educación es que las instituciones asumen de una manera llana y concisa en sus proyectos institucionales la tecnificación para el trabajo y la preparación para el mundo laboral, antes que las dificultades  humanas y sociales. 
El lugar donde vivimos y el entorno social por el cual nos rodeamos determinan nuestra forma de pensar y ver el mundo. Las instituciones educativas de la mano del sistema educativo prestan poca atención a las necesidades contextuales, debido a que la adopción de proyectos educativos de otros países funda el propósito formativo de acuerdo a las demandas mundiales y nacionales de estandarización, el sistema educativo colombiano busca ser el mejor país en las pruebas estandarizadas y en otros aspectos de la competencia mundial, pero ¿dónde queda la preocupación por el carácter humano contextual de los estudiantes que se ven inmersos en contextos de violencia ?
Aspectos como la violencia social no se le ha dado el lugar adecuado ni el tratamiento pertinente en la escuela, a problemáticas como la violencia social, sino que escuela y sociedad son parte de un mismo conjunto. Un ejemplo claro de esto se ve reflejado en las diferentes noticias acerca de la situación de las instituciones educativas en la comuna trece, donde se presenta una masiva inasistencia por parte de los estudiantes a la escuela por temor a encontrarse con una bala perdida o cruzar una frontera invisible. Esta situación de violencia no solo se vive actualmente en la comuna trece, sino que estos acontecimientos han acompañado la historia de nuestros barrios en toda la ciudad de Medellín. En muchos casos, nuestras instituciones educativas sufren de una crisis de análisis de contexto.
  Ahora bien, para hablar del fenómeno de la violencia no se requiere haber padecido los efectos de los actos violentos, sino que solo el hecho de habitar el territorio, los barrios, la comuna ya nos involucra como sujetos políticos en una ciudad que sufre la agudización tanto cualitativa como cuantitativa de la violencia. La necesidad de abordar estos temas que han sido ajenos a las preocupaciones y propósitos de la escuela, el contexto y las realidades en las que frecuentemente se encuentran involucrados los estudiantes determinan el sentido y la motivación con la que se dirigen a la misma. 
Cada estudiante llega a la escuela con la construcción que la cultura ha hecho de sí, pero la escuela desde el momento que ingresas a ella divide aquello de dónde vienes con aquello a dónde vas. Desde una perspectiva objetiva la violencia social se nos presenta como un fenómeno real y complejo de nuestra problemática social actual, en la cual el mundo de la escuela acoge a jóvenes y niños que cada vez se ven altamente permeados por situaciones violentas como la delincuencia común, combos barriales, plazas de vicio, prostitución, desplazamientos, desaparición forzada, extorsión, discriminación y desigualdad social.
La relación del mundo, la cultura y sociedad es de vital interés para asimilar el gran peso que posee el lugar que habitamos en la formación del individuo. Por ello la lectura del contexto es el eje central de las problemáticas que debe abordar la escuela, dado que cada institución está ubicada en un territorio específico que presenta diferentes necesidades que deben ser tratadas de diferentes maneras y a su vez ser repensadas con el fin de crear nuevos sentidos, y configurar alternativas para la vida y no para la tecnificación del trabajo y pruebas estandarizadas.
Hay que romper con la herencia de los legados educativos que encasillan el conocimiento en ejercicios memorísticos desprovistos de interacción con el otro, la transmisión del conocimiento como información que se deposita en un recipiente es la justificación de la estandarización y homogenización del pensamiento. Si todos aprendemos lo mismo, todos respondemos frente a lo mismo, ¿cómo responder ante las situaciones de la vida, como la violencia social, con la concepción de un conocimiento que se deposita en un recipiente y  que no supera las fronteras invisibles que la misma escuela impone?

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