Desde hace varios años muchas funerarias y algunas empresas independientes están ofreciendo el servicio exequial para las mascotas, pues con el pasar del tiempo estas dejaron de ser vistas como un simple animal y pasaron a formar parte esencial e importante de las familias, por lo que las empresas dedicadas a este servicio consideraron que al llegar al fin de su ciclo de vida estas merecen ser tratadas dignamente y no como un objeto que pueda ser tirado o dejado en cualquier parte.

La mayoría, por no decir que todas, de las funerarias tienen dentro de sus planes uno para las mascotas y hasta pueden ser incluidas en el plan familiar, prestándole un servicio de la misma calidad que lo hacen con los humanos y con el mismo respeto, incluso con ayudas para la elaboración del duelo.

Servicios funerales 

María Clara Tavera, directora de Vive Tu Mascota, una marca creada por la Funeraria la Esperanza hace aproximadamente dos años para los animales, le contó a EL MUNDO que decidieron prestar este servicio “porque queremos brindarle a las mascotas de los clientes un servicio de manera digna. Antes las personas tiraban las mascotas, las dejaban en cañadas, las enterraban en los solares, fincas, patios, e incluso en lugares públicos, hoy en día eso está prohibido, incluso hay multas por hacerlo, entonces nosotros buscamos que las personas tengan la opción de darle una despedida digna a su mascota mediante un sistema de cremación. Además, porque las mascotas se convirtieron en un miembro de la familia, no como antes que sólo eran animales, ahora son animales de compañía y tienen un significado muy importante para cada ser”.

El procedimiento que realizan cuando una mascota muere es “recogerla en la casa, hacemos el proceso de cremación, que es amigable con el medio ambiente, y luego le devolvemos las cenizas a la familia si lo desea, si no lo quiere no lo hacemos, y también entregamos recordatorios de la mascota. Si la familia decide no recibir las cenizas estas se utilizan como abono ya que las cenizas están llenas de minerales y proteínas, entonces las disponemos como abono para la naturaleza. Es como el sentido de que un ser vivo le devuelva vida a la naturaleza”, detalló. 

En esta, como en todas las empresas que prestan este servicio, lo hacen para animales domésticos como perros, gatos y conejos, porque no se permite la cremación de fauna exótica.

Un procedimiento más ambiental 

Luis Fernando Botero, médico veterinario de la Corporación Universitaria Lasallista, expresó que para él elegir que la mascota sea cremada y no enterrada en cualquier parte ayudaría “a disminuir la contaminación, porque muchas veces la gente ni las entierra sino que las deja por ahí tiradas y eso aumentaría la contaminación. Además, para uno enterrar una mascota debe conocerse el protocolo, saber a qué profundidad se entierra, qué debe echarse al rededor de la tumba y al final la gente no hace ese tipo de cosas por desconocimiento de las mismas. Para mi concepto, el dejar al animalito en manos de personas especializadas, que conocen y saben cómo hacerlo, es ayudar en la parte ambiental”. 

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"Si alguien tiene una mascota y tiene un lugar donde enterrarlo y lo hace adecuadamente no hay ningún problema, antes serviría como abono para sembrar un árbol o alguna planta, el problema está en que la mayoría de las veces no se hace adecuadamente. Y si la mascota tenía alguna enfermedad contagiosa sería mejor ser cremada porque con el fuego moriría su enfermedad también, además de que ayudaría con la descomposición del animal, que sería muy diferente si se entierra y se hace mal. No estoy en contra del entierro de mascotas desde que se haga adecuadamente, pero sí es preferible, sobre todo desde el punto de vista médico y ambiental, utilizar los servicios exequiales que ofrecen en diferentes partes”, afirmó el médico.

Igualmente lo ve el médico veterinario Luis Hernán Pineda, quien dijo que sería más recomendable que reciban un servicio exequial porque así “no se va a producir contaminación, va a haber una buena disposición de desechos. Una desventaja podrían ser los costos para la gente, aunque no son muy altos, por lo que son muchas más las ventajas, desde la parte ambiental, sentimental y médica, que las desventajas que tiene este procedimiento”.

Un tema sentimental y de aprecio 

Marcela Díaz, directora Ejecutiva de la Fundación Orca, manifestó que para ellos “los animales son muy importantes, hacen parte de una afinidad que se genera con ellos, tipo familia, y para nosotros lo mejor es saber que no van a ser depuestos como basura, que no van a quedar en cualquier lugar. He cremado a mis animales y me parece muy bonito el tema que devuelvan las cenizas con la posibilidad de sembrar un árbol y ese árbol sea como la continuidad de la vida de ellos”.

Aunque para Díaz, “eso también puede ser confundido con la humanización de los animales”, es consciente de que “es más un tema de afinidad, es muy triste la partida de un animal que se ha convertido en parte de la familia, que uno lo ha integrado con toda la sensibilidad y los apegos, y que no se quiere que termine tirado de cualquier manera. Esos servicios exequiales apoyan mucho en ese aspecto”.

Por su parte, Gloria Piedad Acevedo Ortiz, quien ya tuvo la experiencia de cremar a su mascota, contó que “mi perro vivió un proceso de enfermedad doloroso por un cáncer que le dio, pero yo lo tenía afiliado con el grupo familiar en el servicio exequial en la Funeraria Medellín, con el fin de no tirarlo como si fuera cualquier cosa o de no enterrarlo en cualquier parte, sino de alguna manera hacer algo con lo que uno pueda conservarlos después de que ellos nos dieron compañía y amor, en medio del dolor que esto genera”, por lo que “quería darle un adiós especial, con el que uno quede tranquilo, por eso pensé en lo de la cremación, porque en una elaboración de duelo la cremación ayuda a que ese duelo sea más rápido, claro que todos nos demoramos tiempo diferente en hacerlo, pero finalmente con un árbol simbólicamente representan que van a dar vida después de morir”.