Esperemos que el nuevo ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación no se convierta en un elefante burocratizado sino en todo lo contrario, una institución dinámica y creativa que busque ser parte de la solución de los problemas que enfrentamos los colombianos.
Mariana Mazzucato (MM), “admirada por Bill Gates”, (The Times-Londres), Doctorada en New School University (NY), Fundadora y Directora del Instituto para la Innovación y el Propósito Público de la University College of London, se ha convertido en una celebridad por su trabajo de investigación sobre la acción del estado moderno y su capacidad de generar valor y asumir riesgos.
Mazzucato elaboró el documento Investigación e Innovación Orientadas en Misiones en la Unión Europea (2018), y que ha servido de inspiración al proyecto Horizonte Europa de la Comisión Europea que cuenta con fondo de 100.000 millones de euros para mantener el liderazgo en innovación y tecnología.
La palabra clave del documento es misión: “Una misión no es un solo proyecto, sino un portafolio de acciones que pueden fomentar múltiples soluciones”, socialmente aceptables, a un problema. No se trata de resolver los problemas sin tocar el entorno, es “un cambio transformacional”.
La investigación y la innovación pueden ser dirigidas para “lograr objetivos sociales y políticos más amplios, así como objetivos económicos. Por lo tanto, podemos tener un crecimiento impulsado por la innovación que también sea más sostenible y equitativo”.
En consecuencia, la investigación y la innovación pueden ser dirigidas a resolver los problemas críticos de la sociedad, al mismo tiempo que la economía crece y se crean empleos. Estos objetivos pueden ser logrados en colaboración entre los actores públicos y privados.
Respecto al sector privado, “no se trata de (darle) subsidios estáticos, sino de una coinversión dinámica en toda la cadena de innovación. Se trata de pensar cómo compartir no solo los riesgos de la innovación, sino también cómo compartir mejor los beneficios de la manera que más retribuya a la sociedad”.
Tampoco se trata de relegar la ciencia básica a un segundo plano. Las misiones combinan “la ciencia y la innovación bajo el mismo paraguas, que abarca desde la ciencia de frontera impulsada por la curiosidad hasta el apoyo para la creación de empresas y asociaciones con la industria”.
Por otro lado, “las misiones deben ser seleccionadas. (…) una cultura de experimentación y toma de riesgos es un elemento crucial en la filosofía de las misiones. Debe haber incentivos para ‘pensar sin cuadrículas’ y hallar nuevas soluciones para abordar el objetivo de la misión. (…) que debe serlo por múltiples actores, estimulando el trabajo académico interdisciplinario, con un fuerte enfoque en la intersección entre las ciencias naturales, las ciencias formales, las ciencias sociales y las humanidades”.
Además, Mazzucato señala cinco criterios para escoger una misión: 1º. Audaz, inspiradora con amplia relevancia social; 2º. Una dirección clara: objetivos concretos, medibles y obligatorios; 3º. Ambiciosa, pero la investigación y las acciones de innovación deben ser realistas; 4º. Innovación transdisciplinaria, transectorial y de múltiples actores; y 5º. Soluciones múltiples, de abajo hacia arriba y que no sean tecnocráticas.
En el enfoque de misiones no se trata de seleccionar sectores o tecnologías, se trata de escoger los problemas para orientar la innovación. Por ejemplo, una misión sería la de aliviar el peso de la demencia, que afecta la calidad de vida de 10.5 millones de europeos, a un costo para cada uno de los ciudadanos de 530 euros anuales.
En este caso, el objetivo sería reducir la progresión de la enfermedad en 50%, en un período de 10 años. Esto significará un ahorro en salud de cerca de 92.000 millones de euros. Para saber que la meta se cumple habría que definir un protocolo clínico. En la búsqueda de soluciones concurrirían la investigación básica, la ciencia del cerebro y de enfermedades neurodegenerativas, la investigación aplicada, como los tratamientos personalizados de demencia, al igual que innovación empresarial con los desarrollos en inteligencia artificial que pueden lograr que los pacientes sean más independientes.
En la búsqueda de esas soluciones hay que juntar muchos actores, pacientes, doctores, trabajadores sociales, familias, diseñadores, profesores, programadores, trabajadores de laboratorio, etc. Encontrar una solución a este problema solo es posible con el abordaje de “una amplia variedad de elementos que pueden contribuir a la misión”.
Si la misión no cumple con sus objetivos, esta puede evaluarse de acuerdo con los derramamientos económicos amplios. Por ejemplo, el internet, el GPS, y otros desarrollos tecnológicos son subproductos de la misión espacial.
Mazzucato presentó el documento comentado para la Unión Europea, cuyos integrantes comparados con Colombia, tienen un larga tradición investigativa e innovadora, anclada en su actividad intelectual centenaria, que es financiada generosamente. Sin embargo, Colombia tiene la ventaja de país atrasado, como lo fue Corea del Sur, es decir que puede aprender rápidamente de los avanzados y desatrasarse con menores costos y equivocaciones.