Han impulsado a la humanidad con sus ejecutorias, pensamientos, posturas, ideas y realizaciones
Es claro que la historia de la humanidad la han construido los individuos y no las masas. En este sentido, quisiera compartir con ustedes, de acuerdo con mi opinión, un gran mosaico de personajes ilustres, conocidos unos, no tanto los otros, que por sus acciones, buenas o malas de acuerdo con la óptica y el interés con que se juzguen o miren, han impulsado a la humanidad con sus ejecutorias, pensamientos, posturas, ideas y realizaciones en todos los campos y en todos los tiempos. Siendo así, veamos entonces:
Simón Bolívar, el gran libertador. Alejandro Magno, el gran estratega. Gengis Kan, el gran conquistador. Erasmo, el gran humanista. Tomás de Aquino, el gran escolástico. Voltaire, el gran librepensador. Torquemada, el gran inquisidor. Marco Polo, el gran viajero. El Rey Enrique, el gran navegante. Colón, el gran descubridor. Judas, el gran traidor. Espartaco, el gran sublevador. Sócrates, el gran interrogador. Mesalina, la gran prostituta. Cicerón, el gran jurista. Leónidas, el gran defensor. Job, el de la gran paciencia. Verne, el de la gran imaginación. Miguel Angel, el gran escultor. Solón, el gran estadista. Licurgo, el gran legislador.
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Pascal, el gran polimata. Mozart, el gran músico. Hitler, el gran dictador. Vermeer, el gran pintor. Pericles, el gran estadista. Gandhi, el gran pacifista. Casanova, el gran seductor. Sor Teresa de Calcuta, la gran misionera. Bacon, el gran mecanicista. Friné, la de la gran belleza. Diderot, el gran enciclopedista. Mata Hari, la gran espía. George Orwell, el gran futurólogo. Schindler, el gran salvador. Moisés, el gran liberador. Atila, el gran destructor. Herodoto, el gran historiador. Demóstenes, el gran orador. Calígula, el gran libertino. Marco Aurelio, el gran estoico. Lutero, el gran reformador. Vlad, el gran empalador. Talleyrand, el gran diplomático. Darwin, el gran evolucionista. Marx, el gran materialista. Picasso, el gran cubista. Einstein, el gran relativista. San Pablo, el gran apóstol. Aristóteles, el gran filósofo. Napoleón, el gran militar. Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el gran mártir de América. Juan el Bautista, el gran precursor. David, el gran salmista. Sinatra, la gran voz. Shakespeare, el gran dramaturgo. Newton, el gran físico. Freud, el gran sicoanalista. Mandela, el gran activista. Edison, el gran inventor. Pitágoras, el gran matemático. Euclides, el gran geómetra. San Juan Bautista de la Salle, el gran educador. Beethoven, el gran compositor. Confucio, el gran pensador. Copérnico, el gran astrónomo. Nietzsche, el gran irracionalista. Lenin, el gran revolucionario. Kierkegaard, el gran existencialista. Miguel de Cervantes, el gran novelista. Diógenes, el gran cínico. Marie Curie, la gran físico-química. Levi-Strauss, el gran estructuralista. Tales de Mileto, el gran filósofo occidental. Caravaggio, el gran barroco. Descartes, el gran racionalista. Delacroix, el gran romántico. Mendel, el gran genetista. Manet y Monet, los grandes impresionistas. Linneo, el gran naturalista. Dalí, el gran surrealista. Hawking, el gran cosmólogo. Juana de Arco, la gran heroína. Platón el gran filósofo clásico. Cleopatra, la gran reina. Pirrón, el gran escéptico. Edith Piaff, la gran cantante. Catón, el gran fiscalizador. Locke, el gran empírico. Indira Gandhi, la gran política. Kant, el gran idealista. Sor Juana Inés de la Cruz, la gran poetisa. Bentham, el gran utilitarista. Coco Chanel, la gran diseñadora. Compte, el gran positivista. Maquiavelo, el gran pensador político. Julio César, el gran César. Rousseau, el gran ilustrado. Hegel, el gran dialéctico. Leibniz, el gran metafísico. Pestalozzi, el gran pedagogo, entre otros tantos, y finalmente, para mí, Leonardo, el gran hombre universal.
Hay que dudar de la pedantería de los académicos, el dogmatismo de los teólogos y las supersticiones de los místicos.
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