Para que no quedara duda de la influencia y protagonismo en las esferas cercanas a Trump, Rubio viajó a la frontera colombo venezolana en compañía de altos funcionarios de la administración y del representante Mario Diaz Balart
La crisis venezolana ha logrado concitar los sentimientos de un vasto sector de la opinión publica norteamericana y en particular del sur de Florida donde se concentra la mayoría de los inmigrantes de ese país y donde el pulso político ha subido de tono con las recientes movidas de la administración Trump: un primer paso buscando la salida de Maduro, fue reconocer a Juan Guaidó como presidente interino para luego desplegar una serie de acciones encabezadas por el vicepresidente Pence amenazando a las fuerzas militares si continuan su respaldo al sátrapa y finalmente enviando ayuda humanitaria a la frontera con Colombia.
La historia de la política exterior norteamericana en América Latina está llena de errores y fracasos. Es preciso recordar como George Bush apoyo el golpe contra Hugo Chávez en 2002 y ese pueblo tuvo que ver parir a Maduro. Luego de más de 6 décadas de bloqueo económico contra Cuba, no ha sido posible un cambio de régimen. Lo insólito es que Trump hizo campaña bajo el lema “América Primero”, con la promesa de que los Estados Unidos se alejarían de los conflictos ajenos y las crisis externas. Sorprende entonces que ahora cambie de opinión con su apoyo a la oposición venezolana.
No cabe duda de que en el centro de esta nueva política hacia la región está el senador por Florida Marco Rubio convertido en personaje de gran influencia en la administración Trump. No obstante haber protagonizado candentes debates y expresado sus diferencias con Trump en la elección de 2016, Rubio es quien funge como el hombre fuerte frente a Maduro.
El discurso de Trump con Rubio a su lado en la Universidad Internacional de la Florida a la comunidad venezolana donde anunció su respaldo a la oposición fue cuidadosamente escrito y perfeccionado por los aliados republicanos del senador. Para que no quedara duda de la influencia y protagonismo en las esferas cercanas a Trump, Rubio viajó a la frontera colombo venezolana en compañía de altos funcionarios de la administración y del representante Mario Diaz Balart, otra de las figuras políticas cubanoamericanas del sur de la Florida.
Ahora bien. Rubio y los republicanos con su apoyo decidido a las comunidades cubano americana, venezolana, nicaragüense y colombiana, lo que buscan es consolidar el respaldo a su partido. Históricamente, Florida ha sido el escenario de las disputas mas enconadas de la historia reciente. Bush fue presidente en 2002 gracias a su triunfo por tan solo 500 votos. Trump ganó la Presidencia habiendo derrotado a la Clinton y Rick Scott saltó de la Gobernación al Senado por un margen de menos del 1 por ciento en las elecciones del pasado noviembre.
Como gobernador, Rick Scott pensando en su futuro, diseñó un programa de ayuda humanitaria para los damnificados portorriqueños golpeados por los huracanes María e Irma en 2017 que tuvieron que abandonar la isla y establecerse en Florida. Tradicionalmente, los votantes procedentes de Puerto Rico fueron leales al partido demócrata. La verdadera política es aquella que vela por los intereses de los más necesitados. De ahí que no es nada inusual ver ahora una mutación del electorado hacia el partido republicano.
Finalmente, aunque Rubio se ha abstenido de apoyar una intervención militar en Venezuela, otra cosa piensa Trump quien en varias ocasiones ha manifestado que “todas las opciones” están sobre la mesa. ¿Y si no que le pregunten al halcón y asesor de seguridad John Bolton porqué en las notas de su cuaderno se leía “5 mil tropas a Colombia”?
¿Desandar el camino?