Medellín reconoce su diversidad a través de la etnoeducación 

Autor: Lina Viviana Castañeda Tabares
19 julio de 2018 - 05:23 PM

El autoreconocimiento, el respeto por la diferencia y el aprendizaje de la historia y los territorios vistos desde los afrocolombianos, indígenas, pueblo rom y raizales son algunos de los elementos centrales de la etnoeducación, una iniciativa para el reconocimiento de la diversidad étnica de Medellín.  

Medellín, Antioquia

Cada vez que Marcelina López Santos, profesora de inglés de la Institución Educativa Villa del Socorro, iba a la coordinación de la institución, veía a un par de niños sentados esperando la sanción disciplinaria por alguna pelea física o verbal. Lo que más le llamaba la atención era que, la mayoría de las veces, uno de los implicados era un niño afrodescendiente

“Yo les preguntaba por qué estaban ahí y el estudiante afro me decía ‘profe, es que él me dijo negro chocuano’. Entonces varios profesores y yo nos dimos cuenta de que al estudiante afro lo estaban empezando a tildar de violento, y empezamos el proyecto de etnoeducación”, comenta la profesora, quien desde el 2011 lidera Villa Afro, proyecto etnoeducativo, intercultural e inclusivo. 

Villa Afro no es un curso, sino un proyecto pedagógico que se dicta en la séptima semana de cada periodo escolar, articulado a materias como español, tecnología, ética y valores, sociales y educación física. 

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La propuesta pedagógica aborda cinco temas fundamentales: identidad, trabajada desde el ser y la comprensión de las raíces, el respeto por la diferencia, los aportes afrocolombianos al país, la filosofía Ubuntu, que significa “yo soy porque tú eres”, y el autoreconocimiento que en palabras de la profesora Marcelina es “amar y comprender lo que soy para que los demás me reconozcan”. 

Pese a que el proyecto tiene un fuerte énfasis en lo afro, la profesora explica que este es solo un referente, pues Villa Afro pretende formar a los estudiantes en la comprensión de la interculturalidad y mejorar los ambiantes de aprendizaje. 

Como ella, cerca de 180 profesores le apuestan a la etnoeducación para visibilizar la riqueza étnica de Medellín, ciudad en la que habitan 236.222 afrocolombianos, 3.500 indígenas y algunas familias Rom, o gitanas, y raizales que buscan mantener vivas su cultura y sus tradiciones.   

Por eso, el pasado 15 de julio, el Concejo de Medellín aprobó el proyecto de acuerdo 128 de 2018, con el que institucionaliza la etnoeducación en las instituciones educativas de Medellín, una apuesta para que los niños y jóvenes conozcan la diversidad étnica, racial y cultural de la ciudad. 

Daniela Maturana Agudelo, concejal de Medellín y ponente del proyecto, señala que este permitirá la reivindicación de los procesos educativos a través del reconocimiento de la “otredad”, y de una propuesta pedagógica que resalte el autoreconocimiento de la población afro e indígena, la ancestralidad de los saberes y la historia contada por aquellos actores que también han creado ciudad. 

Así, el proyecto institucionaliza las acciones etnoeducativas que ya se han establecido a largo del municipio, a través de la línea de Etnoeducación de la Secretaría de Educación. Según Fernando Palacios, líder de esta iniciativa, Medellín cuenta con 24 nodos etnoeducativos, conformados por 180 profesores que imparten estos conocimientos a 7.170 estudiantes de las instituciones educativas de las comunas y corregimientos. 

Para que la etnoeducación fuera una realidad, muchos actores de la ciudad tuvieron que sumarse. Así lo relata Palacios, quien resalta que todos los jefes de núcleos educativos de la ciudad firmaron un acuerdo de voluntades y trabajo colaborativo para que “se adelantaran acciones etnoeducativas en cada sector”.

Igualmente, el 100% de los rectores de la ciudad se unieron a la causa, firmando un acuerdo para realizar un trabajo consciente en cada aula, de la mano de los profesores más apasionados por el tema, como Marcelina López. 

Palacios, señala que cada nodo “traza una ruta para aplicar la etnoeducación de acuerdo al contexto social en los que se encuentran insertos” y, a partir de eso, definen la metodología que puede ser variada: música, poesía y cuentería son algunos de los elementos a través de los que se educa.  

La concejal Maturana es enfática en señalar que la educación es uno de los elementos más importantes para combatir la discriminación y el racismo. “En una comisión accidental que nos aprobaron en 2016, nos dimos cuenta que podemos combatir todos estos problemas contándole a la gente lo diverso y heterogéneo que es Medellín y Antioquia”, puntualiza. 

A través de ciertas actividades propiciadas por la comisión accidental, Maturana descubrió que, por ejemplo, cuando a las personas les pedían dibujar una “familia paisa”, el referente siempre era el mismo: una familia de piel clara, con carriel, poncho y ruana,  “pero poco nos han enseñado que hay familia paisa afrodescendiente, indígena y rom, así que tratamos de darle ese apellido a las múltiples familias de nuestro departamento", enfatiza. 

Por su parte, Carlos Arturo Soto Lombana, docente de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, afirma que esta noticia es muy importante pues representa un avance en el reconocimiento de la pluralidad étnica y cultural que tiene Colombia y Antioquia. 

Además, Soto Lombana enfatiza que el enfoque étnico contribuirá a “mejorar el clima escolar y bajar los fenómenos de violencia” que se producen, en la mayoría de los casos, por el desconocimiento del otro y la no comprensión de la diversidad. 

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Mientras tanto, la profesora Marcelina sigue trabajando en pro de la inclusión en el ambiente escolar. El proyecto Villa Afro desarrolla la etnoeducación a través del empoderamiento de los estudiantes: ella y los profesores capacitan a los alumnos de noveno, décimo y once para que ellos tomen las riendas de algunos talleres. 

Para Marcelina, la etnoeducación es esencial en todos las instituciones educativas de la ciudad, pues con ella los estudiantes serán más empáticos y comprenderán la diversidad: “esto no es solamente para los colegios que tienen población afro sino para todos, porque los estudiantes no son islas y cuando salen al mundo se encuentran con población diversa en todas partes”, puntualiza. 

Así mismo, Daniela Maturana sostiene que la aprobación de este acuerdo abre las puertas para que la etnoeducación sea abordada en todos los niveles, no solo en la educación, sino también en los medios de comunicación, la empresa privada y la administración municipal: “queremos que la próxima administración lo identifique, se apropie de él y lo pueda potencializar”, finaliza.  

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