Migrantes en Colombia, ¿más o menos ciudadanos?

Autor: La Urna Abierta
11 junio de 2019 - 09:03 PM

Lo mínimo a lo que deberían responder los cambios en la legislación migratoria es a garantizar el respeto de los derechos que todos tenemos como humanos

Medellín

Por Esteban Palacio Roldán*

Si el 1 de enero de 1999 le hubiesen preguntado a cada uno de los venezolanos residentes en su país a dónde quisieran migrar en caso tal de que las situaciones políticas, económicas y de orden público lo ameritaran, me atrevería a decir que pocos hubieran elegido a Colombia como su destino ideal. Veinte años después de que Hugo Chávez llegara a la Presidencia de Venezuela, 1’260.594 venezolanos han migrado hacia Colombia, de acuerdo con el reporte de marzo de 2019 de Migración Colombia.

Lea también: Venezuela y Colombia en busca de Miranda

La realidad de los migrantes venezolanos en Colombia no es una sola, pues, de acuerdo con las condiciones en que salieron de su país y en las que llegaron al nuestro, podría decirse que hay grandes diferencias en la forma de vivir en el territorio, inclusive podría afirmarse que a quienes están lejos de pertenecer a la comunidad política (de ser ciudadanos) se les trata casi como si no fuesen humanos. En este sentido, la migración de venezolanos hacia Colombia puede dividirse en tres etapas u oleadas: 2004, 2011 y 2016

La primera se dio a mediados de 2004 y fue precedida por la Huelga General protagonizada por empleados de la petrolera estatal PDVSA, en esta etapa migraron empresarios y empleados de la petrolera. Los venezolanos que salieron de su país en aquella oportunidad pudieron hacerlo mientras gozaban de una economía fuerte, con toda la documentación requerida y sin el peso de la discriminación hacia los migrantes, por lo cual llegaron a Colombia como residentes, estudiantes o trabajadores y pronto pudieron hacerse ciudadanos.

La segunda etapa se presentó entre 2011 y 2012, durante la cual salieron de su país un mayor número de personas, esta vez se trató de pequeños y medianos empresarios y personas pertenecientes a la clase media venezolana. Quienes migraron en un segundo momento lo hicieron con una economía nacional golpeada, con dificultades para expedir o renovar sus pasaportes y para convalidar sus títulos académicos, lo cual los hizo migrar en condiciones de desventaja, con mayores dificultades para solicitar la residencia y sin la posibilidad de ejercer sus profesiones en Colombia.

La tercera etapa que inició en 2016 y continúa hasta hoy podría identificarse como la masificación de la migración, pues durante estos años la salida de venezolanos a otros países ha sido constante. Esta última oleada se caracteriza porque migran grupos familiares completos generalmente compuestos por parejas jóvenes; quienes al llegar a Colombia han sentido con mayor fuerza los impactos negativos de la migración, pues salen de un país en crisis, con poco más que sus pertenencias personales, sin pasaportes y por pasos fronterizos improvisados, lo cual deja a una buena parte como migrantes irregulares (Migración Colombia calcula que más de 400.000 venezolanos en el país se encuentran con este estatus migratorio); y por si fuera poco llegan a un país donde, aunque los han acogido en buena medida, se han visto expuestos a tratos xenófobos, explotación laboral y en algunos casos a explotación sexual y comercial o a la vinculación al crimen organizado.

Las principales diferencias entre ciudadanos y migrantes están relacionadas con el acceso a lo público (salud y educación principalmente), las garantías a los derechos fundamentales y la libertad para desarrollarse como individuos autónomos. La brecha entre los migrantes regulares y los irregulares (que a lo sumo cuentan con sus documentos venezolanos) es la más preocupante, pues muchos de ellos viajaron en condiciones en extremo precarias. Estos últimos no cuentan con las garantías mínimas y se encuentran lejos de ser reconocidos como ciudadanos, pareciera que se pone en duda su reconocimiento como humanos, ya que sin un Estado que les reconozca tales derechos ¿qué les queda?

Le puede interesar: No-extranjeros en mi país

Parecería irrisorio, pero hoy en día la forma como los venezolanos en Colombia pueden hacer valer sus derechos es a través de la expedición de documentos, llámese cédula de extranjería, alguna clase de visa o del Permiso Especial de Permanencia -PEP-. En otras palabras, un papel define su derecho a ser en Colombia. Si bien las diferencias entre los migrantes de cada oleada se deben tanto a las condiciones con las que salieron de Venezuela como a los requisitos formales de la legislación migratoria colombiana, es esta última la que debe ajustarse para reducir la desigualdad tanto entre los migrantes y ciudadanos, como entre migrantes regulares e irregulares. Lo mínimo a lo que deberían responder los cambios en la legislación migratoria es a garantizar el respeto de los derechos que todos tenemos como humanos, más allá del reconocimiento o no como ciudadanos.

*Estudiante de maestría en ciencia política de la UDEA

 

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Seguridad en Medellín
Columnistas

Política de seguridad en Medellín, ¿un fiasco?

La política de seguridad y convivencia de la Alcaldía de Medellín no tiene nada de integral, o muy poco, la cual solo se ensaña en el carácter punitivo de la ley

Lo más leído

1
Latinoamérica /

Supuesto atentado contra Maduro se habría realizado con drones

El ministro de Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, afirmó que el supuesto atentado dejó siete...
2
Oh! /

Una historia de amor maternal

Desde la prehistoria, sociedades tribales resaltaron la importancia de la mujer por su papel progenitor. No...
3
Mundo Fantástico /

Las convicciones de Julio Sánchez Cóccaro 

Julio Sánchez Cóccaro está de nuevo en la Pantalla chica en el papel de Salvador Romero, el papá de la...
4
Occidente /

El caracol africano, una plaga que hay que erradicar

La clave para la erradicación del caracol africano y para evitar el daño a los ecosistemas está en las...
5
Columnistas /

Historia de Medellín a cuentagotas 4

El asentamiento humano de agricultores-ceramistas más antiguo descubierto en el valle de Aburrá se...
6
Artes Plásticas /

¿Cuál es el valor artístico y arquitectónico de Notre Dame?

De la catedral parisina se dice que ha sido epicentro histórico de importantes acontecimientos en la vida...