En un partido así era apenas normal que Millonarios no quisiera perder su pequeño pero valioso botín del 1-0 en la ida. En cuanto a Santa Fe, aunque era el que tenía que buscar, tampoco quería perder más de lo que había perdido el miércoles. Entendible ambas posturas.

Alrededor, el cuadro era de un maravilloso rojo. Miles de almas juntas haciendo fuerza por el mismo objetivo. Pudo ser incluso más bello y brindar un cuadro a dos colores, pero la intolerancia no lo permitió y mejor así. Nada que tenga que ver con el fútbol vale más que la integridad de cualquier persona.

Pero como se trataba de una fiesta había que ponerle alegría y luego de 18 minutos lentos y angustiosos, Wilson Morelo se puso encima el peso de toda una hinchada y con toda convicción cobró el penalti decretado por el central antioqueño Wilmar Roldán: explosión total en El Campín. Todo estaba como al principio (1-0).

El gol trajo al partido el desequilibrio de las cargas, porque Millonarios eligió un libreto equívoco de buscar el arco cardenal de forma poco prolija y Santa Fe le cobró esa decisión con sendos contragolpes que por poco terminan en el segundo gol en la agonía del primer tiempo.

Lea también: Kaká no va más y dice adiós al fútbol a los 35 años

Y en el segundo tiempo las cosas no cambiaron mucho: Santa Fe se veía con un plan más claro mientras Millonarios le ponía voluntad a cada balón pero no mucho más que eso.

Pero así y todo, el fútbol se las arregló para poner su impredecible toque. Y en un tiro de esquina, Andrés Cadavid, el peor jugador de la cancha hasta el momento, se elevó como esos defensores de antaño y clavó un cabezazo limpio para batir a Robinson Zapata (1-1). A falta de 37 minutos para finalizar la final el título era azul.

Fueron 30 minutos en los que todo hizo pensar que la sequía embajadora de cinco años sin títulos terminaría de una forma soñada. ¡Qué va! Porque luego de varios rechazos el balón cayó en los pies de Wilson Morelos y con la tranquilidad del goleador, se sacó de encima a un central y al arquero con una sola gambeta y acabó con el silencio de El Campín (2-1). Con la ventaja cardenal, todo quedaba a siete minutos de los penaltis.

Eso pensaban todos, menos Henry Rojas, que se tuvo la fe de quien está señalado para hacer algo trascendental, tomó un balón de volea a 25 metros del arco y con un zurdazo divino puso sobre la hinchada cardenal una tristeza monumental (2-2) como adorno a la celebración de un puñado de hombres que a cinco minutos del final acariciaban el título.

Con ese empate en la vuelta de la finalísima, Millonarios acabó la sequía de cinco años de fracasos. Lo hicieron de la mejor forma en que podían hacerlo: con todos los méritos y en el clásico de la ciudad. Nunca olvidarán esta noche.

Ficha técnica:

Santa Fe: Róbinson Zapata; Víctor Giraldo (Ómar Pérez, m. 69), Héctor Urrego, William Tesillo, Dairon Mosquera; Juan Daniel Roa, Yeison Gordillo (Sebastián Salazar, m. 75), Baldomero Perlaza; Anderson Plata, Jhon Pajoy (Juan David Valencia, m. 72) y Wilson Morelo.
DT: Gregorio Pérez.

Millonarios: Nicolás Vikonis; Jair Palacios, Matías de Los Santos, Andrés Cadavid, Felipe Banguero; Jhon Duque, Juan Guillermo Domínguez (Anier Figueroa, m. 69), David Silva (Henry Rojas, m. 76), Hárold Mosquera; Duvier Riascos y Ayron del Valle.
DT: Miguel Ángel Russo.

Goles: 1-0, Wilson Morelo (m. 18 -penal-). 1-1 Andrés Cadavid (m. 53). 2-1 Wilson Morelo (m. 82). 2-2 Henry Rojas (m. 85).

Árbitro: Wilmar Roldán.

Amarillas: Andrés Cadavid, (m. 89).

Rojas: No hubo.

Estadio: El Campín.