Un comportamiento sistemático no es un error, ni minería “bien hecha”.
La comunidades rurales en Colombia, generalmente pobres, están rechazando la mega-minería en sus territorios, debido a los impactos sobre el medio ambiente, la economía local y el deterioro social, a través de referendos y acuerdos municipales, como en Cajamarca, Jericó, Támesis, Cumaral, Piedras, etc. El gobierno central ha deslegitimado estos pronunciamientos con el argumento de que obedecen a manipulaciones políticas de actores perversos. Los maestros del engaño citando a Maquiavelo.
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La multinacional sudafricana AngloGold Ashanti (AGA), al igual que sus hermanas mineras en el resto del mundo, se distinguen por el menosprecio al medio ambiente y la vida de las comunidades, pues su objetivo es maximizar el lucro y minimizar costos, descargando sobre ellas las externalidades negativas, originadas en su actividad, como los daños ambientales, la descomposición social y la corrupción.
AGA no es un dechado de virtudes sociales como sus directivos pretenden mostrar a los colombianos: Según Patrick Bond, profesor de economía política en la Universidad de la Witwatersrand School of Governance en Johannesburgo, “en Ghana, las controversias sobre AngloGold incluyen el uso del ejército para retomar el control de una gran mina culpable de contaminación masiva y el corte de suministro de energía a las comunidades, mientras que en Sudáfrica, AGA está apelando contra una demanda que perdió, teniendo que indemnizar a más de 4300 víctimas de silicosis y tuberculosis”. (South Africa Writhes in New Political-Economic Birth Pains, counterpunch.org, april 14-2017).
En Brasil, en noviembre de 2015, una represa de lodo, que contenía contaminantes tóxicos provenientes de una mina de material de hierro que es operada por Samarco -empresa controlada por la australiana BHP Billiton y la Brasileña Vale S.A- de 60 millones de metros cúbicos se rompió, convirtiéndose “en el peor desastre medioambiental de Brasil, mató a 16 personas, dejó a cientos de personas sin hogar y contaminó un río a lo largo de de 800 kilómetros”(Brazil dam disaster: judge freezes assets of miners BHP and Vale, theguardian.com, Dec 20-2015). En oposición a la declaración de la minera, “la oficina del alto comisionado para los derechos humanos de la ONU dijo en un comunicado que el residuo "contenía altos niveles de metales pesados tóxicos y otros productos químicos tóxicos" (Mud from Brazil dam disaster is toxic, UN says, despite mine operator denials, theguardian, nov 26-2015).
En Argentina, “el gobierno de San Juan suspendió las actividades en la mina (de oro) Veladero que opera la empresa (canadiense) Barrick Gold, tras el derrame de una solución cianurada denunciada ayer por la rotura de un caño” (Suspendieron las operaciones en la mina Veladero pagina12.com.ar, marzo 30-2017). Titular 2016: Barrick: un peritaje oficial probó que cinco ríos de San Juan se contaminaron con cianuro (lanacion.com.ar, febrero23). Otro titular 2011: Estudio comprueba que Barrick contamina las aguas en Veladero y Pascua Lama (elclarin.cl, mayo 22). Un comportamiento sistemático no es un error, ni minería “bien hecha”.
Por otro lado, en Colombia, la periodista Salud Hernández, escribía: “Lamento ser aguafiestas pero para La Loma y para el Cesar, el carbón es la roya. Y si encima lo explota una compañía sin escrúpulos ni reglas, como la (norteamericana) Drummond, la desgracia es completa. (…) Lo que eran hermosas tierras verdes y fértiles poco a poco se convierten en eriales” (Contra su editorial, eltiempo.com, sep 3-2011).
Además Petroleras y manipulación científica
¿Cómo se otorgaron los títulos de la minería “legal” en Colombia? Un artículo en la revista semana “La olla podrida de Ingeominas” (Junio 4-2011), puede dar pistas sobre el asunto: “Compañías nacionales e internacionales, sociedades e individuos empezaron a solicitar títulos mineros de manera voraz ante Ingeominas en los últimos ocho años. Todos querían parte de la piñata. Según datos oficiales (…) hay casi 20.000 solicitudes en fila, equivalentes al 20 por ciento del territorio. Muchos de los títulos y solicitudes están en ecosistemas estratégicos, como páramos, parques naturales, reservas forestales y humedales. "Nos abrimos de piernas", dijo a SEMANA un exfuncionario del Ministerio de Minas y Energía”.
Por su parte, El Espectador editorializó: “se pasó de 187 títulos otorgados en el gobierno Gaviria, 172 en el gobierno Samper y 221 en el gobierno Pastrana, a 7.397 en el gobierno Uribe—(…) Lo que no se puede perdonar es la piñata que se permitió”(El desastre de la minería, junio 2 -2011). Y de paso, la DIAN autorizó descontar las regalías de los impuestos a partir de 2005, gobierno de Álvaro Uribe. Es decir, se regaló el recurso natural que es finito e irrecuperable.
La nación no es el gobierno. Los colombianos son la nación identificados en un territorio y una cultura, el estado es el instrumento de la nación para lograr sus fines y garantizar su existencia, y el gobierno solo es el agente de la nación, así como las universidades públicas, que no deben estar al servicio de los proyectos de las transnacionales, como en algunos casos notorios, solo porque devengan unos pingües ingresos de consultoría, a nombre de la “ciencia”, que legitiman las acciones que degradan el ambiente y destruyen a las comunidades.