Importancia social que tiene la práctica de la ceremonia del té, en el lugar donde se hace: nadie es superior en nada.
El arte de servir té en forma cortés y ceremoniosa es el CHANOYU, típico de la cultura japonesa. Incluye artes y ciencias como arquitectura, jardinería paisajista, arte fino de cocina, etiqueta y sociabilidad. Un pasatiempo estético que refleja paz, armonía, cortesía y belleza de la vida, en las cosas más simples.
Aprendamos, de pronto nos sirve en nuestro maleducado país,
Jóvenes estudian este arte varios años antes de tomar parte en una ceremonia real. En el orden familiar, la obligada invitación conserva la importancia espiritual que se le da propiamente en las llamadas Casas de Té: Se evitan temas desagradables, se da preferencia a la conversación que dé regocijo al espíritu. Se habla sobre los utensilios que se usan, estos tienen valor artístico o memorable.
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Importancia social que tiene la práctica de la ceremonia del té, en el lugar donde se hace: nadie es superior en nada.
Al estar allá sentados todos se convierten en compañeros. El anfitrión que puede ser un poderoso señor es allí un humilde servidor de sus huéspedes. Predominan la igualdad y la paz. Lo más importante es la atmósfera de armonía e intimidad pacífica, detalles que contribuyen al desarrollo de estas reuniones.
El procedimiento es el siguiente: 1. El anfitrión prepara la habitación. 2.Los huéspedes a su llegada se reúnen en un pabellón en el jardín. 3.Luego son llamados por medio de un gong, se lavan las manos y humildemente entran en un cuarto llamado CHASHITSU, a través de una abertura baja y pequeña. 4.Los huéspedes saludan al anfitrión, y participan de refrescos ligeros.
5.Luego se retiran nuevamente al jardín. 6.Vuelven a entrar en el cuarto. 7.El anfitrión trae los utensilios para la preparación, llamados MIZUYADOGU, estos son pasados de mano en mano mientras se hacen comentarios sobre su valor artístico. 8.El anfitrión coloca una cucharada de té en una taza y le echa agua caliente, batiendo hasta hacer espuma. 8.Entonces entrega la taza al primer huésped, que la levanta hasta el nivel de su frente, la baja, bebe un poco, la vuelve a bajar, la limpia y la pasa al huésped próximo. 9.En esta forma la taza da una vuelta completa, repitiéndose las acciones antes explicadas. 10.Cuando el anfitrión vuelve a recibirla, desecha el residuo, pide disculpas por la calidad pobre de la bebida, y limpiando la taza vuelve a pasarla de mano en mano para el nuevo examen después de lo cual los huéspedes se despiden con la debida cortesía.
La planta té fue importada de la China en siglos VIII y IX por Dengyo y Kobo Daishi. Su cultivo se incrementó en el siglo XIII cuando el Shogun SANETOMO se interesó por él. Luego un monje budista trajo un juego completo de utensilios para prepararlo, juego que pasó a ser propiedad de Ashikaga Takauji.
Las plantaciones de té de Uji, cerca de Kioto, prosperaron, y cuando la costumbre del té se volvió popular, se le confió a un sacerdote llamado SHUKO la misión de elaborar un reglamento que regulara su preparación. SEN NO KIKYO, famoso sacerdote Zen, codificó luego las reglas haciéndolas rígidas, decretando que los objetos utilizados debían ser de un diseño sencillo y sin valor. Este SEN es considerado el más grande maestro de la ceremonia… Los reglamentos que dejó son complicados, tienen por objeto cultivar compostura mental, física y social.
Las Casas del Té conservan su simbolismo original: construidas en el interior de jardines que predisponen el ánimo de los invitados, despojándolos de las preocupaciones de la vida cotidiana, del mismo modo que antiguamente los señores feudales se despojaban de sus armas antes de ingresar a las Casas de Té.
Apliquémoslo a Colombia a ver si nos calmamos… ¿Qué tal?
*Mariluz Uribe viajó en barco japonés dos meses a los 12 años.
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