Necesitamos propuestas que no estén casadas, ni con la extrema derecha del Centro Democrático ni con la extrema izquierda.
Ni candidato del Gobierno, ni candidato de maquinarias, ni un delfín. Por si aún existe alguna duda, vamos a dejarlo claro, no soy el candidato oficial del continuismo. Soy un liberal independiente que ha defendido posturas renovadoras dentro del Liberalismo.
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Es por eso que hablo del Nuevo Liberalismo, un movimiento que convertirá a Colombia en el país de las oportunidades para todos. Invito a los liberales y a quienes se niegan a entregarle el país a extremos populistas, para que hagamos una consulta popular el día de las elecciones parlamentarias. Que sea la gente, los ciudadanos, quienes tengan el poder de decisión sobre el candidato que defenderá una propuesta de centro en las elecciones presidenciales. Con esta iniciativa, busco el apoyo no solo de los Liberales, sino de todos los precandidatos que tienen el legado liberal en el corazón. Vamos a hacer una revolución pacífica, electoral, que libere a Colombia del yugo clientelista, un cáncer que se ha devorado a nuestro país y que nos cuesta entre 3 y 5% del PIB. Una revolución que construya igualdad a través del crecimiento inclusivo en uno de los países más desiguales del mundo. Una revolución que permita superar definitivamente el flagelo del narcotráfico, fuente de corrupción e inseguridad.
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La consulta popular, debe tener garantías, unas reglas claras, bajo un escenario neutral que, desde el más alto nivel, ofrezca garantías suficientes a todos los precandidatos. Solo así, lograremos un consenso alrededor de una propuesta que responde con claridad a las demandas de seguridad y justicia y que, bajo una visión democrática, le apuesta a la distribución de la riqueza con políticas fiscales novedosas y progresivas. Necesitamos propuestas que no estén casadas, ni con la extrema derecha del Centro Democrático que quiere hacer trizas los acuerdos, ni con la extrema izquierda, que pretende entronizar en Colombia el modelo venezolano Chavista. Se trata más bien, de reunir a todos aquellos candidatos interesados en propuestas que rescaten el proceso de paz y que avancen en las reformas que el país necesita para construir igualdad, y hacer de Colombia el país de las oportunidades.
Convoco entonces a un Nuevo Liberalismo, como opción renovadora, rebelde y en contra de las maquinarias electorales, como oportunidad de transformación social, que nos lleve a una nueva forma de hacer política en Colombia. Una política cuyo principio y objetivo es garantizar derechos, no hacer favores ni negocios particulares desde el poder. ¡Es la hora de la renovación!