El libro que comentamos es un gran elemento para conocer episodios trascendentales nuestra historia nacional.
Impreso por la Editorial Planeta Colombiana S.A.-2017, se promueve con éxito en los distintos puntos de venta del país, el libro “Oscar Naranjo: El General de las Mil Batallas” del muy reconocido y prestigioso periodista Julio Sánchez Cristo. El texto consta de nueve capítulos y 292 páginas. Está prologado por el también eminente periodista Enrique Santos Calderón, quien expresa entre otras cosas: “El nuevo Vicepresidente de la República, el primer General de cuatro estrellas de la Policía, artífice de las más exitosas operaciones contra el narcotráfico y la guerrilla, reconocido en Colombia y en el exterior por su integridad profesional, aborda aquí, de manera puntual, los momentos claves del país en los que estuvo presente, que abarcan más de 30 años de crisis y sobresaltos de toda índole”.
Recuerda Santos Calderón como el primer episodio de la vida nacional en que interviene el capitán Naranjo fué durante la toma del Palacio de Justicia por el M-19, cuando ese 6 de noviembre de 1985 visita en su despacho al magistrado Alfonso Reyes Echandía, Presidente de la Corte Suprema, inmolado en la toma y a la salida del ascensor se cruza nada menos, entre otros, con Andrés Almarales del comando del M-19. Al llegar de nuevo a su oficina recibe una llamada del presidente de la Corte quien le pide a Naranjo que se devuelva porque hay un tiroteo. Naranjo regresa al Palacio cuando ya las tanquetas habían ingresado y en medio del tiroteo el capitán que iba adelante de él, queda gravemente herido.
“Horas más tarde entrega la información que desemboca en el allanamiento de una casa donde se había reunido el comando del M-19 y allí encuentra un rollo que contiene las fotos de todos los guerrilleros”. Fué su prueba de fuego para todo lo que le esperaría más adelante.
Servidores públicos como Oscar Naranjo, termina diciendo el prologuista Santos Calderón, son los que necesita el país. Cabe confiar entonces, en que su nuevo cargo de Vicepresidente de la República, deje la huella que los colombianos esperan de él.
Al responder al entrevistador Sánchez Cristo ¿porqué aceptó contar la historia? el General Naranjo responde: Julio, prácticamente estoy cumpliendo 40 años de servicio público. 36 en la Policía y 4 dedicado al Proceso de Paz. Tengo varias presiones para tomar esta decisión. Mi propia memoria se va desvaneciendo y la verdad, me parece importante que antes de que termine en un alzheimer profundo podamos contar a los colombianos mi versión de lo que ha sido mi vida al servicio de la Institución".
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Al recordarle que su padre también fué Comandante General de la Policia, se le pregunta si desde pequeño quería parecerse a él. Responde categóricamente que nó. Que nunca pensó ser policía, porque en su niñez, infancia y adolescencia observó que su padre estuvo ausente del entorno familiar durante mucho tiempo y esa lejanía obligada se veía como un sacrificio. Al finalizar su bachillerato descubrió que tenia vocación de servicio social. Bastante confundido presentó exámen en Sociología en la Universidad Nacional y Comunicación Social en la Javeriana. Pasó en ambas. Optó por la Sociología pero duró poco, por las muchas manifestaciones que terminaban en disturbios. Reflexionó entonces, tomando la decisión de irse a la Javeriana a estudiar periodismo. Su permanencia en dicha Facultad también fué fugaz y después de varias experiencias que lo acercaron a la vida militar comprendió que “ese era su mundo”. Presentó los papeles de ingreso a la Escuela de Cadetes, donde fué acogido sin mayor problema.
Relata su matrimonio con Claudia y dice que “es lo mejor que le ha pasado en su vida”, porque tenemos una historia que nos unió desde siempre; en Claudia encontré una mujer admirable, que me ha apoyado, que nunca desfalleció ni claudicó frente a las adversidades que tuve que soportar. Se conocieron en Neiva cuando ella tenía 13 años y el General 16, después de muchos ires y venires contrajeron matrimonio el 4 de diciembre de 1981. El padre ya era Director de la Policía. Un buen día le dijo: “Usted está casado, no lo quiero en Bogotá, escoja un sitio para irse” Después de consultar con varios oficiales, uno de ellos le aconsejó la Isla de San Andrés. Así se hizo y su petición fué aprobada de inmediato.
Relata el General Naranjo todo su trajinar contra los carteles de la droga, la hora final de Pablo Escobar y los cabecillas de las Farc: “raul reyes”, “el mono jojoy” y “alfonso cano”, hasta llegar a Cuba como integrante del equipo del Gobierno en La Habana y finalmente a la Vicepresidencia de la República.
Por todo lo dicho, el libro que comentamos es un gran elemento para conocer episodios trascendentales nuestra historia nacional.