Con el ánimo de renovar completamente el diseño de su popular teléfono móvil, que ha repetido prácticamente la misma línea estética durante tres generaciones, Apple está a poco tiempo de lanzar al mercado su nuevo iPhone 8 siguiendo el creciente concepto de pantalla sin marcos del tipo OLED, dejando atrás, por primera vez en su historia, las LCD que actualmente tienen el iPhone 7 y el iPhone 7s Plus.

Pero quizás lo más revolucionario será que el gigante tecnológico intentará aumentar sus ventas cambiando el diseño de su producto insignia por una pantalla con características flexibles, obligando a la compañía americana a aliarse con Samsung Electronics, que pese a ser su mayor competencia  dispone de la gran mayoría de patentes de la tecnología de este tipo de pantallas de origen orgánico.

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Algunos rumores dicen también que Apple piensa cambiar su cargador nuevamente del conector Lightning a el USB estándar, sin mencionar que  contemplan remover el botón de inicio, o Home, del dispositivo.

El teléfono costaría alrededor de USD 1.000, un incremento significativo si se compara con los USD 649 del iPhone 7 pero que, “con gusto”, estarían dispuestos a pagar todos los usuarios de ‘la manzana mordida’.

Finalmente, es importante destacar que a esto debemos sumar nuevas resoluciones de grabación de video y de velocidades de captura, así como una avanzada tecnología que mejora el blanco de la pantalla y que ya incorporaba el iPad Pro.