Con su visita a estas dos naciones el papa completa seis viajes apostólicos a Latinoamérica.
El papa Francisco emprendió este lunes su viaje a Chile, desde donde el próximo día 18 se trasladará a Perú, en la que será una visita marcada por la defensa de las
poblaciones indígenas y dará un mensaje de protección del medioambiente.
El Boeing 777 de la compañía italiana Alitalia despegó del aeropuerto romano de Fiumicino a las 08.55 a.m. (hora local) y tiene previsto aterrizar en el aeropuerto Internacional de Santiago de Chile a las 08:10 p.m. tras cubrir los 12.504 kilómetros que separan a ambos países
El pontífice viaja acompañado por una delegación vaticana compuesta entre otros por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin; el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Marc Ouellet, así como 70 personas entre periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión.
Este viaje a Chile y a Perú es el vigésimo segundo de su pontificado y el sexto a Latinoamérica desde su elección en 2013, donde ya ha visitado Brasil en 2013; Bolivia, Ecuador y Paraguay en julio 2015; Cuba en septiembre de 2015, México en 2016 y Colombia en 2017.
Francisco llegará a la capital chilena después de 16 horas de vuelo, tras lo que se retirará a descansar en la nunciatura, donde se alojará.
La agenda oficial comenzará este martes, cuando dirigirá un discurso a las autoridades chilenas y al cuerpo diplomático en el Palacio La Moneda, sede del Ejecutivo, y se reunirá con la presidenta saliente, Michelle Bachelet, mientras que no habrá encuentro privado y sólo un saludo con el mandatario elegido, Sebastián Piñera.
Después oficiará una misa multitudinaria, a la que se espera asistan 500.000 personas, en el Parque O'Higgins.
Durante la tarde, el pontífice argentino visitará la prisión de San Joaquín, en la que será la primera vez que el pontífice visita una cárcel femenina, donde escuchará el testimonio de una reclusa.
Luego se trasladará a la catedral de Santiago para un encuentro con los religiosos y religiosas chilenos, y después se realizará la tradicional reunión con los obispos y una visita privada al santuario de San Alberto Hurtado.