El presidente de Zimbabue sigue desafiante ante las presiones para que deje el poder tras 37 años como mandatario.
El partido del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, se reunirá este martes para plantear la presentación de una moción de censura contra él después de que expirase el plazo que le habían dado para dimitir sin que el mandatario haya renunciado, informan medios locales.
Después de destituir a Mugabe ayer como número uno del partido, la formación de la que es cofundador estableció un plazo hasta la medianoche del lunes para que presentara su renuncia.
Sin embargo, el todavía jefe de Estado, de 93 años, no solo no dimitió en un discurso televisado anoche, sino que pidió una "vuelta a la normalidad" y anunció que presidiría el congreso de su partido en diciembre, en el que la formación confirmará el nombramiento del exvicepresidente Emmerson Mnangagwa como líder y candidato para las presidenciales de 2018.
Aunque todas las informaciones indicaban que Mugabe -que lleva 37 años en el poder- renunciaría ayer tras negociar con los militares que lo mantienen retenido en su residencia desde el martes, el mandatario trató de proyectar un mensaje de normalidad y aseguró que "tiene en cuenta" las quejas elevadas por diferentes estratos de la sociedad.
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El alzamiento militar se produjo en la noche del martes al miércoles, y los expertos apuntan que el desencadenante fue la destitución de Mnangagwa, forzada por la primera dama, Grace Mugabe, y los ministros que apoyaban su ambición de convertirse en la sucesora de su marido en el poder.
De hecho, las Fuerzas Armadas negaron que se tratase de un golpe de Estado y aseguraron que sus operaciones tenían como objetivo "llevar ante la Justicia a los criminales" del entorno del presidente, y han detenido a varios ministros hasta el momento.
Tanto Grace Mugabe como sus aliados fueron expulsados ayer del partido oficialista.