La dura derrota en su visita al Fluminense (4-1) en la Copa Sudamericana, fue el detonante que ocasionó la renuncia de Paulo Autuori de Atlético Nacional, sumado al pobre desempeño del equipo en los Cuadrangulares del Apertura.
Lo que mal comienza, mal termina. Más que avisado estaba el entrenador brasileño Paulo Autuori de la complicada situación de Atlético Nacional cuando asumió su labor en el club, y sin embargo decidió mantenerse en el proyecto, pese a las vicisitudes y su ciclo de apenas seis meses será recordado con más pena que gloria.
El club Verdolaga deberá revisar seriamente su política de contratación de directores técnicos. Tras la salida de Reinaldo Rueda, en un lapso de menos de dos años desfilaron por el banquillo tres extranjeros, Juan Manuel Lillo, Jorge Almirón y Autuori, y ninguno pudo conseguir títulos ni alcanzar una verdadera impronta de juego, en un club que se acostumbró a ganarlo todo y ser protagonista en el plano internacional, de la mano de Rueda, Juan Carlos Osorio y el propio Santiago Escobar.
Autuori asumió en noviembre pasado en lugar del interino Hernán Darío Herrera, quien días atrás había llevado al equipo al título de la Copa Colombia. El brasileño se sentó en el banquillo por primera vez una semana después de ser presentado como el flamante entrenador Verdolaga, ante el ya descendido Leones en Itagüí (empate 2-2) y dejó escapar la posibilidad de clasificar a los Cuartos de final del torneo Finalización 2018.
Primer tropiezo de Autuori, pese a que se trataba de su estreno. A mediados del mes de enero, cuando ya la mayoría de escuadras se habían reforzado, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAS) otorgó la medida cautelar a la institución para poder contratar jugadores, mientras se resuelve el litigio entre Atlético Nacional y Cortuluá en el caso del atacante Fernando Uribe.
No obstante, no llegaron los jugadores de renombre que el hincha tanto esperaba, y quizás el único que estuvo a la altura de las circunstancias fue el atacante argentino Hernán Barcos.
Advertido estaba el timonel sobre esta situación y por ello la directiva del club le dio a elegir si deseaba mantenerse en el proyecto o dar un paso al costado. Pues el orientador decidió jugársela con lo que tenía, jugársela en un amplio porcentaje con jugadores de las divisiones menores y, evidentemente y como era lógico, los resultados no fueron los esperados.
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A lo largo de la era Autuori se vio un equipo irregular, inofensivo y débil, más allá de algunos chispazos de buen fútbol que exhibió durante tramos del campeonato.
Se despidió rápidamente de la Copa Libertadores, al caer en la segunda fase ante un discreto Libertad paraguayo, lo cual, no obstante, le abrió la puerta para disputar la Sudamericana.
Previo a la abultada derrota en dicho torneo ante el brasileño Fluminense, en Río de Janeiro (4-1), el Verde llegó precedido de dos derrotas al hilo en casa en los Cuadrangulares semifinales del Apertura, ante Tolima y Cali. Tras ese último juego, el entrenador puso a disposición su cargo, pero desde la Junta Directiva lograron convencerlo para que permaneciera.
Pero la derrota del pasado jueves en suelo carioca fue la gota que derramó la copa y por ello Nacional amaneció este viernes sin director técnico.
Alejandro Restrepo, entrenador de las divisiones menores, se encargará de conducir al equipo en el remate de los Cuadrangulares, que no dan tregua, y ya este domingo tendrá su cuarta salida en dicha instancia, a domicilio frente al Deportivo Cali (7:30 p.m.), un partido que en un alto porcentaje definirá su futuro en la competición.