De momento la justicia no ha precisado si efectivamente el exgobernador de Cataluña será enviado a su país de origen, pero no podrá abandonar Alemania mientras se define su situación.
La Justicia alemana abrió este lunes el proceso de extradición a España del expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont y decidió mantenerle en prisión preventiva mientras se estudia la euroorden dictada por el Tribunal Supremo español el pasado viernes.
La decisión la adoptó, a petición de la Fiscalía, el juzgado de primera instancia de Neumünster (norte), en cuya prisión ingresó este domingo el político catalán tras ser detenido poco después de entrar en Alemania procedente de Dinamarca.
Puigdemont, reclamado por España por los delitos de rebelión y malversación de fondos públicos en el marco del proceso independentista catalán, compareció este día durante más de tres horas ante el citado tribunal.
"La decisión de hoy no significa que Puigdemont vaya a ser extraditado, sino que ahora empieza el proceso", manifestó el fiscal superior del distrito judicial, Georg Güntge, a los numerosos medios concentrados frente a la cárcel.
En un comunicado posterior, el juzgado explicó que había aceptado la petición de la Fiscalía general del estado federado de Schleswig-Holstein para que Puigdemont continúe en prisión ante el "riesgo de fuga" hasta que se tome la decisión sobre su extradición, para lo que hay un plazo máximo de 60 días.
Según explicó, no se puede dar por hecho que el detenido vaya a permanecer en Alemania si queda en libertad y hay que tener en cuenta que viajaba hacia Bélgica, adonde huyó hace cinco meses y tiene su residencia actualmente, y donde no se puede presumir que el proceso de extradición siguiera el mismo camino, lo que podría ser para él un "incentivo notable" para tratar de llegar a ese país.
Según el juzgado de primera instancia, el caso pasa ahora a la Audiencia Territorial de Schleswig, cuya Fiscalía es la única instancia competente para ordenar la libertad provisional del detenido.
La vista de este lunes se centró en confirmar su identidad y en una discusión legal sobre la procedencia de iniciar el proceso de extradición, explicó Güntge, quien señaló que Puigdemont se mantuvo "tranquilo" en un ambiente muy "profesional" e intervino durante la vista.
El tribunal no entró en el fondo de la petición cursada por España, pero constató que "no hay aún evidencia" de que la euroorden de detención y entrega, emitida el 23 de marzo pasado, "no esté justificada".
Jaume Alonso-Cuevillas, el abogado de Carles Puigdemont, llegó por la tarde a la prisión de Neumünster, pero no pudo entrar en el recinto porque ya había concluido el horario de visitas.
Antes de viajar a Alemania, Alonso-Cuevillas se reunió en Bruselas con el abogado Gonzalo Boye, que lleva la defensa de los exconsejeros regionales Antoni Comín y Meritxell Serret -que permanecen en Bélgica-, para coordinar su estrategia de defensa, antes de desplazarse hacia Alemania para asistir a Puigdemont.
Ante la cárcel de Neumünster permanecieron apostados durante todo el día cerca de un centenar de periodistas y también algunos grupos de simpatizantes del independentismo catalán, que expresaban su solidaridad con el líder separatista coreando lemas como "No estás solo" o "Puigdemont es nuestro presidente".
Entrada la tarde acudió también al lugar una delegación de políticos catalanes del bloque independentista, entre ellos Quim Torrà, diputado de Junts per Catalunya (JxCAT), la presidenta del consejo nacional del Partido Democrático de Cataluña (PDeCat), Mercè Conesa, y el responsable de coordinación institucional del PdeCAT, Marc Castells.
"Hemos venido a acompañar al president", indicó Torrà tras intentar, sin éxito, entrar en el recinto penitenciario junto al resto del grupo, todos con el lazo amarillo en sus solapas.
Su objetivo, según había explicado previamente el PDeCAT, es servir de enlace con el equipo jurídico de Puigdemont, para "coordinar toda la defensa" y apoyo" y "acompañar" al político.
Puigdemont ingresó en la cárcel de Neumünster el domingo, unas horas después ser detenido en una estación de servicio de la autopista A7, poco después de entrar en territorio alemán por Dinamarca procedente de Finlandia.
Algunos de sus simpatizantes se acercaron ya en la primera noche a la prisión, donde diversas pancartas reclamaban hoy la libertad del expresidente -en inglés y en alemán- e incluso se ofrecía "asilo" a Puigdemont.