Con la firma del acuerdo entre el gobierno colombiano y las Farc, uno de los aspectos destacados es la recuperación estatal de aquellos territorios que tradicionalmente estuvieron ocupados por los alzados en armas; el turismo se convierte en vehículo para que de la mano del Estado llegue el progreso a estas regiones.
Una de las apuestas que se perfilan a partir de la implementación del acuerdo con las Farc, es la posibilidad de acceso que tendrán los colombianos a zonas del país a las que hasta ahora ha sido difícil llegar.
La viceministra de Turismo, Sandra Howard Taylor, señaló que desde el año 2014 se viene implementando el programa Destinos de Turismo Paz y Convivencia, el cual “cobró más fuerza luego de la firma de los acuerdos y trabaja con poblaciones donde existe producto y vocación turística, enfocándose en el desarrollo de habilidades y el trabajo en las buenas prácticas turísticas; esta iniciativa se adelanta actualmente en Putumayo; la región de La Macarena; Camino de Teyuna, en la Sierra Nevada de Santa Marta y Urabá que en un principio se tomó como un todo y a partir del trabajo se llegó a la conclusión de tomar el Urabá Chocoano y el Urabá antioqueño de forma diferenciada.
Entre los Destinos de Paz y Convivencia no sólo hay lugares que se vieron directamente afectados por el accionar de los grupos armados, sino zonas consideradas emergentes, que son sitios que a pesar de haber vivido directamente los embates de la confrontación armada, vieron invisibilizada su vocación turística como causa del conflicto.
Howard resaltó que en estas localidades se ha trabajado en la formalización de una base empresarial turística con personas que venían trabajando de forma empírica y ahora cuentan con conocimiento de las normas de calidad y los estándares internacionales para entender cómo funciona realmente un pequeño negocio y así hacerlo sostenible en el tiempo a través de la planeación y la cultura de la reinversión.
“Hemos trabajado en la interlocución con las autoridades locales y la construcción de infraestructura básica, mejorando conectividad, prestación de los servicios básicos, cobertura en salud, programas de bilingüismo, bancarización, inscripción en el Registro Nacional de Turismo”, señaló la viceministra al ser indagada acerca de los beneficios del turismo para las comunidades que durante años vivieron de cerca las consecuencias de las acciones armadas.
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Según María Claudia Lacouture, ex ministra de Comercio, Industria y Turismo y ex presidenta de Procolombia, quien estuvo presente en el trazado de la ruta turística nacional con iniciativas como los doce corredores turísticos del país, “un ejemplo que ilustra bastante bien esa posibilidad es el de La Macarena, en el Meta, en donde Caño Cristales se ha convertido en un ícono mundial y por el cual cada vez preguntan más los colombianos y los extranjeros, como se evidenció en la Vitrina de Anato donde este año el stand del Meta fue de los más visitados. Así mismo, el número de familias dedicadas al turismo, por el auge del destino, pasó de 350 en 2015 a 520 el año pasado. En esa zona se han incrementado las obras de infraestructura turística que mejoren la experiencia del viajero”.
Lacouture agregó que los visitantes extranjeros que llegan a sitios como el Camino de Teyuna, en la Sierra Nevada de Santa Marta; Mocoa y sus alrededores, el Valle del Sibundoy en el Putumayo, el Parque Nacional Natural Los Katíos, el Santuario de Fauna de Acandí, el Playón y la Playona, en el Golfo de Urabá y Darién, han aumentado pero resaltó la importancia de acercar estos sitios turísticos a los colombianos “para volver a nuestras raíces y mostrarles a nuestros hijos la Colombia que tienen, porque esa es nuestra manera de contribuir a la consolidación de la paz y el desarrollo de estos territorios”.
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