Como una medida ejemplar y polémica, así califican los expertos internacionalistas la sanción indirecta emitida por Estados Unidos a Venezuela y por la cual la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha dicho que el país no tiene cómo pagar alimentos y medicamentos.

El anuncio del gobierno del presidente Donald Trump el 25 de agosto, que prohíbe las “negociaciones en deuda nueva y capital emitidas por el Gobierno de Venezuela y su compañía petrolera estatal (Pdvsa)”, fue un ataque al régimen de Nicolás Maduro, quien calificó la sanción como una persecución económica y financiera. El mandatario venezolano anunció que tomaría medidas al respecto y culpó a Julio Borges, opositor y presidente del Parlamento Venezolano, contra quien ya pesa una investigación por parte de la ANC, por enviar cartas a bancos de inversión y otros actores económicos internacionales pidiendo las sanciones.

Según Maduro, su Gobierno comenzará “un proceso de recuperación económica, y de combate” contra una inflación que alcanzará el 720% este año según el Fondo Monetario Internacional. Cabe agregar que la medida de Donald Trump prohíbe también las “negociaciones con ciertos bonos existentes del sector público venezolano, así como pagos de dividendos al Gobierno de Venezuela”.  El presidente venezolano pidió al sector petrolero, para superar la crisis, aumentar la participación accionarial de los socios chinos y rusos. 

Afectación económica
Las consecuencias de la sanción Trump no serían inmediatas. Las empresas petroleras venezolanas verían afectadas sus finanzas en el mediano plazo, porque no podrían emitir bonos de deuda, por lo que no les sería posible participar dentro del mercado financiero norteamericano del dólar.

De acuerdo con Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, esto hace que se acabe la licencia con la que anteriormente se mitigó la crisis ante las dificultades que presentaba el sector petrolero en Venezuela, los bonos de deuda de Pdvsa, con lo que era posible pagar compromisos o insumos fundamentales para la exploración petrolera. 

“No es cierto lo que dice Delcy Rodríguez que no pueden pagar la comida y los medicamentos. Las medidas sí limitan, sobre todo la capacidad del flujo de caja, que durante los últimos cuatro años es la caja menor  del país  y requiere de préstamos para sostenerse en el corto plazo”, explicó el investigador.

 La crisis viene del pasado, por eso, según el académico, el vecino país tiene que empezar a responder por hechos antiguos, como los vencimientos de deudas y de bonos que se refinanciaban. “En octubre hay un vencimiento importante, es cuando se podría llegar a ver qué tanta dinámica hay en el movimiento financiero de Venezuela”, explicó Rodríguez.

Ante el inminente carácter ideológico de las medidas y la crisis democrática de Venezuela, es evidente que la sanción va contra del Gobierno y funciona como mecanismo de presión, teniendo en cuenta que Pdvsa (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima) una de las más importantes en el sector, ahora sufre un desestructuramiento y la sobrecarga de funciones.  El efecto que tenga este decreto sobre empresas petroleras, no es mayor debido a que la mayor parte de crudo se exporta a los chinos y a los rusos. “Con los norteamericanos ya no son los tres millones de barriles de petróleo diarios que se creyó que podría llegar a exportar Venezuela a EE. UU.”, detalló el internacionalista Ronal Rodríguez.

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Efectos colaterales
CITGO Petroleum Corporation, filial en EE. UU. de la empresa Pdvsa, es el principal afectado, puesto que “nadie va a querer negociar con ellos por dos cosas: una es la sanción económica y otra es que las empresas que hagan transacciones con ellos van a caer en ese margen de reputación de que están negociando con gobiernos autoritarios”, subrayó Giovany Areiza Madrid, politólogo y docente de la Universidad de Antioquia. 

La imposibilidad de negociar con el único recurso abundante con el que cuenta el país latinoamericano, haría que tenga problemas con otros países o incluso en la induistria bancaria, sostiene el académico. Un ejemplo es que bancos europeos podrían empezar a tomar medidas similares a las de Trump, o países como Turquía que guardan buenas relaciones con Estados Unidos y que no se arriesgarían a apoyar a Venezuela. Para Areiza Madrid, la OTAN, España, Francia, todo el Atlántico Norte están atentos de qué es lo que hace EE.  UU. al respecto, porque esta nación “está hoy tomando la decisión ejemplar, por la profundización en la vulneración a los DD. HH, la violación sistemática, las protestas y los problemas de desabastecimiento”.

Otro punto de la estrategia es  provocar el aislamiento del vecino país. “EE. UU. está siendo muy astuto. No está haciendo la acción real porque también se vería afectado, pero sí hace que el resto de todos los países también bloqueen a Venezuela y lo vayan aislando”, explicó el docente de la Universidad de Medellín, Néstor Restrepo Echavarría. 
Para el académico, el bloqueo a Cuba guarda similitud con el de Venezuela, cuando EE. UU. no le compraba a los países que tenían relaciones comerciales con dicho país, por lo que ahora está haciendo algo “en el mismo tono”, opinó Restrepo Echavarría.

En últimas era una guerra anunciada, según los internacionalistas. Han pasado 10 años desde que empezaron las diferencias entre ambos países, pero ahora, con un gobierno y un parlamento estadounidense republicano, se materializó.

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Relaciones comerciales con China
Nelson Martínez,  presidente de Pdvsa, anunció este miércoles que la empresa acordó con la petrolera china  CNPC América un plan de expansión de relaciones comerciales entre ambos países. Dicha empresa asiática está interesada en participar en la reactivación de 800 pozos en la Faja Petrolífera del Orinoco “Hugo Chávez”, lo cual generará un incremento en la producción de 42.000 barriles de crudo diarios, informó la empresa. Martínez indicó que “estas relaciones estratégicas vienen sin duda a combatir los efectos perversos que el imperio norteamericano pretende crear en el entorno económico del país”.