Si por el ámbito nacional hay tormentas en la política, por los lados de Antioquia y Medellín la situación no es tan agitada, pero si hay hechos que poco a poco dinamizan esta actividad pública.

La instalación del Congreso de la República y la inesperada renuncia como senador del influyente político antioqueño Álvaro Uribe Vélez, por supuestos apuros judiciales, tienen alborotada la política en el campo nacional.

Entre tanto, en el escenario regional y municipal dos asuntos han copado la atención del mundillo político, cuando lentamente se observan movimientos dirigidos hacia la campaña electoral del 2019, aún muy lejana.

El primer hecho se relaciona con la barrida que le propinaron a Antioquia en el ya anunciado gabinete del bogotano con raíces montañeras Iván Duque Márquez. Cero pollito en 19 cargos de la cúpula duquista, que cumplió anticipando un equipo de hombres y mujeres paritario y de tecnócratas, como si en este territorio no existieran profesionales de ese perfil.

En la política antioqueña no salen de su asombro, pero gargantas muy profundas del uribismo seccional explicaron las razones para ese total desconocimiento. Revelaron que como los 20 matices del CD en esta parte del país se creyeron con derecho a tener un ministro, inclusive conservadores y luisperistas, el mandatario electo optó por no meterse en líos, toda vez que si le daba un cargo a una tendencia, le tenía que dar a todas. Eso aducen los propios uribistas. Ellos mismos se enterraron el cuchillo, pues no hay un partido con más matices que el CD de este departamento. Eso por dentro es una tenaz leonera. Qué pena con los leones.

Así las cosas, lo único antioqueño que suena, por el momento, en las huestes del poder duquista, sin que todavía se haya hecho el anuncio formal, es la superintendencia de Salud para el excandidato al Senado, Fabio Aristizábal, sobre el cual hay que decir que es completamente falso que no le haya gustado ese cargo y por el contrario está feliz de poder contribuir con el nuevo gobierno nacional desde esa posición.

Y el segundo hecho que dinamizó en los últimos días la política parroquial, fueron las primeras renuncias de funcionarios pensando en las elecciones de octubre del 2019.

Pero paralelamente volvió a surgir el muy interesante debate sobre las inhabilidades para aspirar a cargos de elección el próximo año.

Es así como nuevamente rivalizan los que esgrimen que aquellos funcionarios con jurisdicción y mando, generadores de gasto y poder de contratación debieron dimitir un año antes de las inscripciones, o sea, antes del pasado 26 de julio, según la ley 1475 versus los que sustentan que sigue muy vigente la norma legal que fijan las renuncias de esos servidores un año antes de las elecciones, es decir, el próximo 26 de octubre, de acuerdo con la ley 617. Los comicios territoriales serán el 27 de octubre del 2019.

Estos últimos sacaron pecho con el concepto, no obligante, que emitió en la semana que pasó, concretamente el 26 de julio, la Sala de Servicio Civil y de Consulta del Consejo de Estado en el sentido que los servidores públicos que vayan a aspirar a un cargo de elección popular deben renunciar un año antes de la elección.

Pero el exmagistrado electoral y analista político Guillermo Mejía, defensor de la primera tesis, les respondió recordándoles a sus émulos que después llega la Sección Quinta Electoral del Consejo de Estado y le importa un carajo lo que diga la Sala de Consulta, lo que ha pasado N veces. “Recuerden el caso del gobernador de Caldas, Guido Echeverri”.

Y para satisfacción de Mejía varios funcionarios acogieron sus recomendaciones y renunciaron antes del 26 de julio pasado. Son los casos del secretario de Inclusión Social de Medellín, Luis Bernardo Vélez y del secretario de Productividad y Competitividad del Departamento,

Federico Guerra Hoyos, este para no inhabilitar a su hermano Andrés Guerra. Como también los casos de una alta ejecutiva de la Contraloría de Medellín y otro de la Gerencia de Negritudes de Antioquia, al igual que el secretario de Inclusión Social de Bello, el médico, exconcejal y excandidato a la Asamblea Departamental, César Gómez, quien será candidato a la alcaldía de esa ciudad “con la intención de construir una propuesta ciudadana, buscando que la misma impacte en la calidad de vida y las oportunidades de los bellanitas”.

Otros funcionarios preparan su renuncia para octubre como los hermanos Elejalde en el departamento y a lo mejor, como se especula, Mauricio Tobón en el Idea para aspirar a la Gobernación.

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Bello y Rionegro calientes

Entre tanto, la situación política por Bello y Rionegro anda por estos días bastante agitada.

El alcalde bellanita, César Suárez Mira, promovió la renuncia masiva de su Gabinete de gobierno y ya introdujo cambios en las Secretarías de Gobierno a la cual llega Adriana Salas, quien lleva muchos años vinculada al Municipio de Bello, también hay nueva titular en Movilidad con Johana Posada, en Planeación con Julián Cadavid y en Cultura arranca Floralba Zapata.

Y como ya anticipamos renunció a Inclusión Social, César Gómez.

Pero el pulso político en Bello se palpa dentro del Concejo Municipal, donde las fuerzas internas se pusieron once corporados a favor de la administración suarista por ocho en contra, a los que llegó el concejal del Partido de la U y odontólogo Mauricio Mejía, quien con el visto bueno de su jefe político, el senador Germán Hoyos, se fue a la oposición.

La puja política real se verá en la sesión de este domingo, cuando se considerará en segundo debate el trascendental proyecto que modifica el acuerdo 020 de 2016, por medio de cual se otorgan facultades al alcalde con el fin de transferir un inmueble. Está relacionado con la destinación final de los antiguos terrenos donde quedaban los talleres del ferrocarril, en los cuales siempre se ha dicho que quedaría el Parque de Artes y Oficios, pero se construiría un plan masivo de vivienda de interés social. Se estima que habrá lleno en este concejo.

A propósito del Concejo de Bello. La Gobernación de Antioquia y la Gerencia de Municipios reconocieron la gestión pública de los alcaldes y concejales en el departamento de Antioquia a través de un acto protocolario que tuvo lugar en el auditorio del Hospital General de Medellín. Para el caso del Cabildo de Bello, el concejal conservador César Bladimir Sierra Martínez fue el escogido por sus demás compañeros en Bello para recibir esa distinción.

En cuanto a Rionegro, se conoció que el pasado lunes 23 de julio la Fiscalía realizó ante el juez penal de garantías de este Municipio la imputación de cargos a trece concejales y al representante legal de la empresa Ani-Omega por supuestas irregularidades en la elección en el 2016 del Personero local.

La Fiscalía solicitó al juez de garantías la realización de esta audiencia que ya había sido aplazada en otras oportunidades desde finales de abril de este año.

Se considera que los presuntos delitos son la celebración de contratos sin requisitos legales y prevaricato por acción.

Y al final de esa audiencia fueron imputados formalmente los concejales por las conductas punibles antes citadas, en la elección del Personero.

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Los liberales

Como en Antioquia los únicos que hacen política liberal en serio y con las uñas son los miembros del Directorio Liberal de Medellín, al comando de los fogosos luchadores de lo que queda de ese partido Andrés Mesa y Katherine Gómez.

En el marco de la reciente celebración de los 170 años de esa colectividad, la Dirección Liberal de Medellín realizó un conversatorio sobre el presente y futuro del Partido Liberal.

Se destacan los anuncios sobre la implementación de la Escuela de Formación Democrática “Héctor Abad Gómez”, como estrategia de formación política en el ideario liberal, y la conformación del Instituto de Pensamiento Liberal Municipal, que se hará mediante convocatoria abierta.

A tono con el presidente

Y la diputada uribista ramista Ana Ligia Mora se puso a tono con el pensamiento del presidente electo, Iván Duque, y radicó un proyecto de ordenanza sobre Economía Creativa/Naranja, para el desarrollo de Antioquia.

En el marco de la presentación de los nodos subregionales de emprendimiento cultural y creativo, dicha corporada presentó esa iniciativa para esta región, con la que busca fortalecer y desarrollar las economías creativas en las subregiones del departamento y brindar herramientas para la creatividad y la cultura.

La “Economía Naranja” es una denominación para todas aquellas actividades producto del talento, la innovación, la cultura, la creatividad; genera un gran aporte al PIB nacional y a su vez, es un motor de generación de empleo y formalización, además la ordenanza, logrará que las subregiones del departamento puedan desarrollarse por medio de la cultura y el emprendimiento.

Entre los aspectos destacables del proyecto de ordenanza se encuentran los siguientes:

Llevará a las administraciones municipales a contratar los grupos culturales y expresiones artísticas locales dentro de sus celebraciones tradicionales.

La creación de la marca y sello “Antioquia”.

La creación del concurso estímulo “Antioquia Creativa”.

La utilización de los ecosistemas de innovación de los municipios como áreas de desarrollo naranja (ADN).

La creación de un consejo departamental de economía naranja liderado por el instituto de patrimonio y cultura de Antioquia, con el fin de trazar estrategias eficaces para el desarrollo de las economías creativas en el nivel seccional.

En Colombia existe la Ley Naranja 1803 de 2017 - Ley naranja autoría del presidente electo, Iván Duque.

El proyecto de “Ordenanza Naranja” permitirá desarrollar en el nivel seccional parámetros adecuados para las realidades departamentales y brindar oportunidades a actividades que han sido menospreciadas desde el punto de vista económico.

El proyecto de ordenanza en su elaboración contó con el valioso aporte y acompañamiento de la Gobernación de Antioquia por medio del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia.