Aún es muy difícil saber cuál será el futuro de las marcas General Motors y Ford en Norte, Sur América y Europa frente a la arremetida de vehículos eléctricos en el mundo
El renacimiento de industria automotriz hizo posible la salida de la recesión del sector manufacturero con cifras de producción y ventas que llegaron a niveles sorprendentes hasta el año anterior. Sin embargo, las cifras reveladas por la Reserva Federal pintan un panorama incierto para la industria teniendo en cuenta que la producción de autos y partes cayó un 5 por ciento, mientras las principales ensambladoras acumulan inventarios que auguran mayores recortes de producción en los meses por venir. Ese aumento en las unidades disponibles pone en aprietos a la industria. A julio, General Motors tenía en sus instalaciones 104 días de inventario, muy por encima de la meta de 70 días.
En conjunto, los fabricantes tienen casi 4 millones de vehículos livianos en sus patios con una proyección al alza, en razón a la abrupta caída en las ventas durante el mes de julio. Resulta esencial recordar que la reciente bonanza automotriz fue posible gracias a las mayores facilidades de crédito ofrecidas a compradores sin la mejor calificación crediticia. Ahora aquellos bancos y entidades de crédito comienzan a ver las consecuencias en sus estados de resultados por la morosidad en el pago de las obligaciones que ya se comparan con lo ocurrido en 2007. La historia pre-crisis se repite y no se aprende de los errores pasados.
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La pregunta que tiene a muchos inquietos es ¿cuál sería el impacto en el crecimiento de largo plazo, si los sectores ligados al crédito de consumo continúan siendo fundamentales para sacar de la recesión a la economía tal y como ocurrió con el sector de la construcción en la época reciente y ahora con la actividad automotriz a la baja que podría desencadenar una nueva recesión?
De otro lado, el emporio Fiat Chrysler de propiedad del grupo italiano Agnelli cuyo marca estrella es Jeep está en la mira de varias compañías chinas. Ese país continúa siendo el mayor mercado del mundo y creciendo por encima de Norte América y Europa. El poderío financiero de Great Wall, uno de los principales fabricantes chinos e interesado en la adquisición de la multinacional italiana, sería la vía para ampliar su presencia en las economías emergentes de Asia Pacifico (India, Malasia, Indonesia Filipinas), un mercado imparable por el aumento en la capacidad adquisitiva de sus habitantes.
Aún es muy difícil saber cuál será el futuro de las marcas General Motors y Ford en Norte, Sur América y Europa frente a la arremetida de vehículos eléctricos en el mundo. Si bien Tesla apenas comienza a incursionar con modelos de alta calificación y aceptación, la apuesta de largo plazo de su fundador Elon Musk es no solo ambiciosa sino prometedora y va a ser una piedra en el zapato de sus inmediatos competidores. Ciertamente GM, Ford y el mismo gigante de la industria Toyota de manera tímida andan desarrollando modelos eléctricos, Tesla ha logrado un posicionamiento y aceptación envidiables.
Finalmente, el aporte de la industria automotriz en la cadena productiva y de distribución es demasiado importante para la economía local y global. El empleo y el consumo se van a resentir con el ajuste que comienza a darse en este sector. Si a lo anterior se agrega la incertidumbre política que desde ya se siente en los Estados Unidos, el panorama no es el ideal para empresarios y trabajadores.