Una celebración de perlas

Autor: Carmen Vásquez Gómez
1 junio de 2019 - 01:00 PM

De aquellos primeros años con afanes incluidos en cada feria, se llega a una Colombiamoda a celebrar Bodas de Perlas, 30 años que hacen historia de pasarelas, diseñadores, tendencias y personalidades que han trabajado y hablado de la moda. ¿Pero hoy la pregunta es, cuál es el futuro de la moda?

Medellín

Se puede decir que el actual Instituto, Inexmoda, creado como regulador de la moda y todas sus arandelas como son los textiles, hilos y botones, el diseño y el diseñador, de ser así de simple, hoy día es toda una institución que camina con respeto, que es escuchada, que se valora, que ya no solo tiene tres escritorios y una casa como hace tantos años, hoy día es una institución que camina por nuestras ciudades y por los países más representativos en el tema, en busca de conocimiento, ofreciendo apoyo y absorbiendo lo mejor de un tema que ha cambiado a velocidades imaginables.

En las 30 ediciones de Colombiamoda, de la máquina de coser a las modernísimas máquinas que hoy día con solo oprimir un botón, el estampado está listo al igual que los cortes del diseño. Se puede decir que son dos etapas muy marcadas, cada una con su personalidad propia, la época de Roque Ospina y la época de Carlos Eduardo Botero de quien recibimos su visita y quien nos contó la trasformación de un sistema moda integrado y con los retos de la cuarta revolución industrial.

Este año del 23 al 25 de julio, la ciudad se percibe con un aroma diferente. Será una feria renovada, llena de negocios, experiencias y conocimientos en la moda. No es un reto fácil ya que los avances de la tecnología y la nueva dinámica del mercado, han hecho que la palabra “moda” entre a una sacudida de sentimientos y experiencias que es lo que hoy día quiere vivir el nuevo consumidor. De aquí que este año el concepto que estará en el aire a respirar por todos los asistentes es el de “Conecta Saberes”, muy conectados a ser una Colombiamoda digital. Una feria en donde las marcas podrán activar su estrategia digital y sensibilizar a su consumidor sobre las ventajas y posibilidades que ofrece con solo mover un dedo.

En Colombiamoda estarán presentes el talento de los jóvenes que quieren un día tener su atelier y su marca propia: La Colegiatura Colombiana, la Universidad Pontificia Bolivariana, el Área Andina, ellos siempre han contado con el apoyo de Inexmoda. Tambien los diseñadores que ya tienen un camino recorrido en el país y en el exterior como: Beatriz Camacho, Renata Lozano, Andrés Otálora, Andrés Pajón, Carlo Carrizosa, María Elena Villamil, Isabel Henao. Seguro que más nombres complementarán esta parrilla que escribe historia de Bodas de Perla.

UNA INQUIETUD LATENTE

Pero en el ambiente entre tela y tela surge una inquietud ya que de aquellos años a los sistemas de vida de este nuevo siglo que todavía es joven, la moda es una a llamar a cambiar rotundamente.

¿Tendencias? No, el vestir ahora es sentirse cómodo.

¿Colores? No, el que más le gusta es el de vestir.

¿Cuál es el futuro de la moda?

CATHERINE VILLOTA, Editora de moda: Creo que el futuro de la moda es incierto como todo futuro. Lo que sí puedo decir es que en esta constante evolución y crecimiento la industria de la moda necesita cambiar los formatos de comunicación (desfiles, semanas de la moda, grandes superficies, redes sociales) y pensarse unas dinámicas más personalizadas, directas, que siempre estén conversando con lo que el cliente final está buscado. Donde el diseño cuente historias. La moda necesita dejarse de ver así misma pues se está repitiendo y saturando. Tiene que mirar a sus coequiperos creativos, otras industrias creativas y tecnológicas.

Creo que la moda debe “volver” a ser auténtica, que refleje la cultura y la sociedad y deje de ser sólo una muestra de estereotipos.

WILLIAM CRUZ BERMEO: Docente titular Universidad Pontificia Bolivariana: La respuesta es compleja, y a todos nos gustaría tener una especie de bola de cristal que permitiera ver qué depara el futuro en cualquiera de los campos de la vida humana. Es todavía más compleja si se tiene en cuenta que hablamos de una industria inestable, pues vive de las decisiones individuales del consumidor, las cuales no siempre son las que vaticinan los gurús del mercadeo; de manera simple, en esa industria lo no se vende desaparece y hay que buscar, a alta velocidad, qué lo reemplace.

Sin embargo, precisamente, la velocidad y la híper-producción son dos agentes de hoy que tenderían a modificarse en el futuro si continúa prosperando la idea de consumo consciente. Pues consumir de ese modo, implica inclinarse más por la funcionalidad, la perdurabilidad y las conexiones emocionales con lo que nos ponemos que dejarse llevar por el simple impulso de la novedad. De hecho, ese impulso caracteriza la moda de la era moderna y su híper-producción, es uno de sus grandes motores.

Por otra parte, está el asunto de la creatividad en el diseño. Eso cada vez más queda sometido a la masificación del deseo, es decir, al hecho de que todo el mundo quiera lo mismo y las marcas sigan entregando lo mismo, pues hoy como nunca los algoritmos permiten detectar, por ejemplo, hasta las poses y los colores que gustan más en una imagen de moda; arrojan patrones que se convierten en marcos a los cuales deben adscribirse los equipos creativos. Quizás eso explique el actual letargo, en términos de nuevas formas propuestas por los creadores. Miren esta década por ejemplo, a parte de los uglydaddyshoes en Balenciaga no ha dado algo más que sea capaz de introducirse en la cultura de masas, como sucedió con esos tenis.

Si los procesos creativos se transforman al mando del algoritmo, ni que hablar de los procesos de distribución y compra. Eso supondrá repensar las superficies del mercado minorista (retail), su vínculo con nuevas experiencias y la tecnología digital. Hoy se hacen esfuerzos ingentes por entender hacia dónde va el asunto, dado el creciente declive de esas superficies en zonas emblemáticas como 5Th Avenue, en Nueva York. Sin embargo, en mi opinión esos esfuerzos se ven hasta ingenuos y gastados; digo, invitar a una tienda a que el cliente estampe o le ponga botoncitos a su ropa ya huele añejo.

Así que la relación moda/algoritmos en algo determinará el futuro de la moda. Más bien, digamos que toda la revolución 4.0, que no es otra cosa que la producción determinada por la posesión de información ultra-meticulosa.

Por otra parte, en términos estilísticos la industria del lujo centrada en Francia, Italia y Estados Unidos ha dominado la moda global. Sin embargo, a la luz del próspero éxito de nuevos diseñadores de Europa del Este, África y Latinoamérica hay una transformación progresiva de la idea de lujo, y supone un futuro para diseñadores emergentes; desde Colombia, el asunto se ilustra con nombres que ya gravitan en el orden global de la moda, como Johanna Ortiz o a New Cross. Son figuras opuestas a ese lujo masificado que ya causa hartazgo entre consumidores exigentes; en el proceso, se abren camino nuevas capitales de la moda, tal como lo demostró una reciente exposición del Museo del FIT en Nueva York. Lo otro es la conquista de mercados latinoamericanos por los mismos latinoamericanos, como lo ejemplifica hoy Andrés Pajón en el mercado mexicano, uno cuya conquista lidera Pepa Pombo.

Ahora, en el país el futuro es incierto—como todo futuro—. A riesgo de parecer apocalíptico y desenfocado para los más optimistas, creo que la fragmentación de esfuerzos, los intereses regionales y personales; una legislación y políticas débiles para frenar el contrabando, las cargas tributarias avasallantes, el cacareado pero desdibujado apoyo al microempresario, entre otras asfixias, harán las cosas todavía más difíciles para articular un sistema de moda nacional. Si bien hay entidades y gobiernos regionales con programas de apoyo financiero y formación para empresarios de la moda, la sombra de los anteriores problemas no quita el manto de la incertidumbre. Además de los factores que menciono, espero que a futuro logremos tender mejores puentes entre la moda como negocio y la moda para parte de la cultura. La incomprensión lo segundo y la concentración en lo primero nos ha permitido hacer mucha ropa pero poca moda.

PILAR LUNA, Periodista experta en el tema moda, directora Código Malva

Es un hecho que las formas de presentar la moda están cambiando mucho y yo creo que a futuro (no tan lejano) vamos a estar viendo otras muchas maneras de mostrar las propuestas de los diseñadores. Creo que las semanas de la moda tienen que evolucionar y buscar experiencias diferentes que enganchen a los nuevos consumidores que ya no se contentan con que les digan las tendencias de cada temporada en un desfile y de alguna manera se las impongan. Es un hecho que la era digital ha cambiado el mundo, no solo en la manera de interactuar con los clientes potenciales, sino también en la manera de asumir el ADN de una marca. Las nuevas generaciones no solo quieren ropa y accesorios para apropiarse de ellos y expresarse, sino que también buscan que detrás de los procesos de producción haya responsabilidad. Se está viendo el fondo y no la forma.

Pienso que en Colombia tenemos que pellizcarnos y ver esta evolución que está viviendo el mundo. Mientras se abren omnicanales de venta, aquí seguimos abriendo centros comerciales. Mientras hacemos semanas de la moda tradicionales, el mundo está buscando experiencias muy distintas. La moda del futuro no tiene que ver nada con la vanguardia en cuanto a sus propuestas, sino más bien tiene que ver con la responsabilidad que tenemos todos de hacer un planeta mejor.

SOLEDAD CAMPOS DE PARRY, Directora consejera económico comercial, Ministerio de Comercio del Perú, especializada tema textil.

Es volver a aquello que nos conecta, es estar en varias tendencias de comunidades, desde el que se conecta a conseguir unos zapatos veganos, hasta el que nos compra en un país nórdico y que puede ver en su etiqueta el cómo se hace esta prenda en la comunidad. Veo el futuro en prendas a reusar, las pasarelas deben ser vivenciales, narrativas, con mucho componente digital.

MAITE CANTERO, directora tendencias Inexmoda.

En toda la información que estamos constantemente leyendo concluyo que las tendencias más importantes son tecnología para la personalización de los productos, la implementación de modelos de negocio sostenibles (economía circular) y un poquito más trascendental es una mirada de negocio B4A (Business for all) negocios más amigables en todos los sentidos, negocios donde todos ganemos y generen cambios sociales positivos para todos. Esto incluye repartir utilidades o acciones entre empleados o consumidores, sostenibles con el medio ambiente y productos y servicios con un sentido, con un objetivo.

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