Aunque la reforma al código tributario de los Estados Unidos aún debe pasar por la conciliación entre Senado y Cámara de Representantes, el resultado final va a ser una de las mayores estafas en la historia legislativa de ese país. Lo primero fue la premura con que la iniciativa pasó por las comisiones sin que hubiera la oportunidad para un debate serio sobre los impactos fiscales, económicos y sociales. El núcleo central del proyecto es una enorme redistribución del ingreso de las familias de ingreso medio y bajo en beneficio de las grandes empresas, dueños de negocios y millonarios. 
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La reducción de los impuestos de un 35 por ciento a un 20 por ciento para las corporaciones es un triunfo del gran capital patrocinado por un Congreso de mayoría republicana. El mayor logro tributario consiste en que las compañías van a pagar impuestos sólo por los ingresos generados dentro del territorio estadinense, no importa que sus operaciones sean de carácter multinacional. Transnacionales como Apple y Microsoft podrán reingresar todo el efectivo que tienen acumulado en el extranjero a una tasa mínima (el proyecto aprobado en el Senado lo fija en el 14.5 por ciento).
La bancada republicana argumenta que la clase media tendrá una disminución de mil dólares en sus impuestos lo que equivale a míseros 19 dólares semanales hasta 2025. A partir de allí, quienes devenguen menos de 75 mil dólares al año (familias de clase media) tributarán mas según el Comité bipartidista del congreso. En otras palabras, para 2027 la mitad del universo de contribuyentes termina viendo que sus impuestos suben mientras a los millonarios se les grava con una tasa menor. 

¿Qué sentido tiene introducir una enmienda que con el tiempo desaparece? La respuesta: una forma de engañar al ciudadano haciéndole creer que la reforma tributaria es progresista cuando la realidad es que es absolutamente regresiva. Como si lo anterior no fuera suficiente, el cocinado final pretende acabar parcialmente la Ley de Salud-Obamacare eliminando la obligación de contar con un seguro de salud sin el pago de una penalidad. 
De esa manera se reducen los auxilios a las familias de bajos ingresos y habrá un incremento en los costos de las primas de seguros. De aprobarse ese artículo los expertos calculan que habrá cerca de 13 millones de ciudadanos sin cubrimiento para los próximos 10 años. Asimismo, la versión de la Cámara de Representantes acaba con la deducción tributaria por gastos médicos de cuantía mayor que actualmente beneficia a unos 9 millones de contribuyentes, en su mayoría de la tercera edad.
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Los puristas de la responsabilidad fiscal que en el pasado se levantaron contra la anterior administración por el incremento de la deuda, en esta oportunidad perdieron la memoria. Este monstruo tributario crea un hueco en las finanzas públicas del orden de billón y medio de dólares en la próxima década. En consecuencia, la reforma tributaria no es otra cosa que un aumento en los impuestos en el mediano plazo para la clase media y un faltante que hará explosionar la deuda. Todo para complacer a los pobres ricos que tienen que cargar con el peso del Tío Sam. 
En los tiempos de Trump y sus compadres republicanos todo es posible. ¿Acaso no fue el mismo Trump quien afirmó que le ‘’encantaba estar endeudado?”. No importa pues al final muchos que participaron de su emporio terminaron estafados. Y para allá vamos todos.