Unidad ante las dificultades: Alcalde

Autor: Nacho
2 enero de 2020 - 12:07 PM

En su discurso de posesión el mandatario de Medellín se comprometió a trabajar de la mano y en llave con el gobernador Aníbal Gaviria en favor de una agenda conjunta de Antioquia y la ciudad.

Medellín

El nuevo alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, no se llamó a engaños y dijo que el panorama de la ciudad en muy complejo, que la crisis es real, seria y no se resuelve en cuatro años.

Sin embargo recalcó que si hay una ciudad que sabe cómo enfrentar los retos más complejos, es Medellín, que ha sido capaz de salir de los momentos más difíciles, no por la capacidad de un gobernante, sino por la capacidad de unión de la universidad, la empresa, el Estado y toda la ciudadanía.

“Si algo ha tenido Antioquia ha sido la capacidad de unirse para enfrentar los más duros retos”.

Y notificó que ha cada ataque del pesimismo, la división, los discurso de odio y el rencor como estrategia política, responderá con un nuevo llamado de unidad.

Es así como convocó a la unidad para hacer una gran transformación educativa, para hacer de Medellín una ecociudad, para emprender nuevos y grandes proyectos de ciudad, para hacer el valle del software, para recuperar lo social y hacer una alcaldía para la gente.

Llamó a la unidad para sacar adelante a Antioquia, reafirmó su compromiso con la región y le dijo al gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, que en la alcaldía tendrá un amigo para trabajar integrados, con un agenda de unidad y en equipo por Antioquia y Medellín.

Estos conceptos fueron formulados por Quintero Calle en su discurso de posesión en la vespertina del pasado primero de enero:

Diana Osorio esposa Daniel Quintero

Por una ciudad más pacífica abogó la gestora social Diana Osorio, esposa del alcalde, en su intervención en el acto de posesión de Daniel Quintero, que fue uno de los detalles mejor comentados de esa jornada.

“Primero que todo, quiero darle las gracias a Dios por permitirme estar aquí. Le pido que me de sabiduría para gobernar. Coraje para actuar con integridad y compasión para servir.

Saludo a todas las autoridades militares, civiles, así como presencia y bendición de Monseñor Ricardo Tobón. A los concejales, diputados, Alcaldes, congresistas, gremios, empresarios.

Quiero agradecer y saludar la generosidad del señor Gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria, quien nos honra con su presencia, y con quien nos hemos dispuesto a trabajar de manera conjunta una nueva agenda para Medellín y Antioquia.

Saludo a mi esposa Diana y a mis hijas Maia y Aleia. A todos gracias de corazón.

Mis queridos ciudadanos:

Me dirijo hoy a ustedes humilde ante el reto que tenemos en frente, agradecido por la confianza que ustedes me han depositado, y consciente del trabajo de muchas alcaldías pasadas para construir la Medellín que hoy tenemos.

Gracias Federico Gutiérrez por estos 4 años de servicios a la ciudad, y por su generosidad y colaboración durante el proceso de empalme.

Hoy decidí llegar a este evento de posesión caminando desde el barrio Tricentenario, el lugar donde crecí. Este era el trayecto que hacía cuando era un niño que luchaba, sin pasajes y muchas veces sin comida, para estudiar Ingeniería Electrónica en la Universidad de Antioquia. Es un recorrido que siempre hago para no olvidar de dónde vengo, cuáles son las razones que nos impulsan, y, sobre todo, para recordar que lo valioso siempre requiere de esfuerzo y sacrificio.

Mi historia es la de millones de medellinenses que se levantan día a día a luchar por sus sueños con convicción y empeño.

Durante siglos, Medellín ha sido ejemplo para el país y para el mundo por su tenacidad e industria, por su resiliencia, por su arte y cultura. Nuestra región ha sido la cuna de grandes artistas, líderes empresariales, científicos y deportistas que nos han llenado de orgullo. Nuestra historia ha sido construida por grandes mujeres y hombres que han forjado nuestro espíritu como región.

Sin embargo, también ha habido momentos difíciles, nubarrones que oscurecieron el cielo, momentos en los que nuestro futuro estuvo amenazado. Años enteros en los que el miedo y la incertidumbre se apoderaron de nuestros corazones. Nunca, a pesar de todo esto, perdimos la confianza en nuestro futuro. Del dolor brotó la esperanza y la fragilidad nos llenó de valor para luchar por nuestra libertad. Medellín nunca se dejará doblegar por el miedo.

Hoy comenzamos juntos una nueva década que traerá grandes retos para Medellín, para Colombia y para el mundo. La velocidad de los cambios que se avecinan nos obliga a reflexionar con sinceridad sobre nuestro futuro como sociedad: el medio ambiente enfrenta una crisis sin precedentes, la desigualdad pone en duda la estabilidad de nuestro sistema económico, la automatización producto de la Cuarta Revolución Industrial amenaza cientos de millones de empleos, las democracias tambalean y los discursos populistas abundan. La humanidad atraviesa momentos de malestar social en diferentes latitudes del mundo…

En Colombia, por ejemplo, los jóvenes están en las calles exigiendo con razón un mejor futuro: educación de calidad, paz en los territorios, vivienda, salud y empleos dignos. Pero sobre todo, líderes políticos que estén sintonizados con los intereses colectivos, que trabajen en favor de los más vulnerables, que entiendan que el servicio público debe desempeñarse con los más altos estándares éticos.

No quiero llamarlos a engaños. El panorama en Medellín hoy es complejo y no pretendo negarlo como ha sido costumbre muchas veces. Esto lo aprendí del mundo de la innovación en el cual los problemas no son vistos como vergüenzas sino como oportunidades para encontrar nuevos desarrollos. Solo si ponemos con sinceridad las dificultades sobre la mesa podremos encontrar las soluciones correctas.

El desempleo hoy en Medellín alcanza los niveles más altos en una década, las fábricas cierran sus puertas, uno de cada cinco jóvenes está desempleado, el mercado laboral deja por fuera la mitad de la fuerza laboral femenina y el 44% de los trabajadores viven del "rebusque" en condiciones de informalidad. 40 mil personas que hace dos años estaban trabajando hoy están en sus casas desempleados.

La educación, que es el principal motor de desarrollo social y económico, padece graves afecciones: 30 de cada 100 niños nunca terminarán su bachillerato y solo 10 de cada 100 obtendrán un título de educación superior. La tasa de cobertura bruta de la educación media viene empeorando, los jóvenes no le ven sentido a terminar el bachillerato. Los recientes resultados en las pruebas Pisa y Pruebas Saber nos muestran graves deficiencias y retrocesos en matemáticas, comprensión de lectura e inglés. Los maestros de la ciudad no tienen el reconocimiento social que se merecen y han absorbido las difíciles realidades sociales a costa de su salud mental.

En materia de medio ambiente la situación no es mejor. La calidad del aire se ha deteriorado debido a las emisiones de toneladas y toneladas de material particulado, el parque automotor aumenta 20% por cuatrienio, mientras las vías por el contrario se estrechan. La densificación del centro contemplada en el POT, esencial para la sostenibilidad ambiental de la región, sigue sin avanzar y sólo se está reciclando un 14% de los residuos sólidos mientras el relleno sanitario está a punto de colapsar.

Por último quiero hablar de uno de los temas que más preocupa, los indicadores sociales. El 58% de los hogares no tienen garantizado el acceso constante a alimentos y 8000 mil niños menores de 5 años están sufriendo desnutrición crónica, un tipo de desnutrición que deja secuelas para toda la vida.

Y "¿cuándo será que nos veremos con los demás, al borde una mañana eterna, desayunados todos?", se preguntaba el poeta peruano César Vallejo.

Hoy somos una de las diez ciudades más desiguales de Colombia, y variables como el coeficiente GINI, la pobreza monetaria y la pobreza extrema en lugar de mejorar, han mostrado leves aumentos en los últimos años.

Pero la crisis también es ética. La tasa de homicidios, de robos y extorsiones crecieron en los últimos 4 años.

La crisis que tenemos hoy es real, seria y no se resuelve en tan sólo 4 años. Sin embargo, si hay una ciudad que sabe cómo enfrentar los retos más complejos, esa es Medellín. En los momentos más difíciles hemos sabido salir adelante no por la capacidad de un gobernante, sino por nuestra capacidad de unirnos: La Universidad, la empresa, el Estado y claro está, la ciudadanía toda.

Todos estos problemas requieren de capacidades coordinadas para ser resueltos. El programa de gobierno que eligió la ciudad con la votación más alta en la historia contiene medidas innovadoras y disruptivas, y será el eje de articulación del Plan de Desarrollo que será construido con una participación amplia.

Si algo ha tenido Antioquia ha sido la capacidad de unirse para enfrentar los más duros retos.

Desconectados y sin industrias a mediados del siglo 19, Medellín tuvo que encontrar su propio camino del éxito. Pedro Justo Berrío, rector de la Universidad de Antioquia y presidente de Antioquia Federal, en lugar de usar la polarización nacional que conllevó a una guerra civil, decidió no invertir en guerra, y en su lugar, llamó a la unidad de la región para invertir en obras y en educación. Hizo la más grande transformación curricular de su tiempo, Fundó la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela Normal de Institutores, colegios públicos y privados, y cientos de escuelas gratuitas. La sociedad entera se sumó al propósito de hacer de Antioquia la mejor educada. Los más importantes empresarios asumían el rol de rectores y profesores y los resultados pronto se hicieron evidentes: Medellín se puso a la cabeza de cobertura educativa a nivel nacional. Los alumnos de la Escuela de Minas escribían sus tesis de los planos del tranvía, el alcantarillado, y el ferrocarril que corría debajo del asfalto que hoy nos recibe. Nacieron las Empresas Municipales de Medellín, se inauguraron hidroeléctricas y cientos de empresas, que convirtieron a Medellín en la Capital Industrial de Colombia.

Unidos, hoy como ayer, enfrentaremos los retos que tenemos como ciudad, y construiremos con esperanza un futuro de oportunidades para todos.

Sin embargo, quiero alertarlos del enemigo más peligroso que hoy enfrentamos: el pesimismo, la división, los discursos del odio y el rencor que algunos quisieran usar como estrategia política.

A cada ataque responderemos con un nuevo llamado a la unidad.

Quiero convocarlos a la unidad para hacer una gran transformación educativa, que nos permita transformar la realidad de nuestra educación. Necesitamos un sistema educativo para el siglo XXI que nos enseñe a pensar con autonomía, desaprender la violencia y construir proyectos de vida al servicio de los otros; que desde niños nos enseñe la responsabilidad de cada uno, en el futuro de todos los seres vivos y del planeta mismo. Un sistema educativo que potencie el ser, el hacer y el servir, en el que se reconozca a los estudiantes como los activos más importantes de nuestra sociedad y a los maestros como los guardianes de nuestro futuro.

Seré el primer maestro de la ciudad, y los maestros y rectores serán mi principal equipo de trabajo para lograr el objetivo de transformar a Medellín.

Daré lo mejor de mí para que ningún joven se quede sin educación superior. Cuando un joven se queda sin educación superior no sólo pierde ese joven, no sólo pierde esa familia, pierde la sociedad toda una oportunidad de transformarse a sí misma.

Vamos a construir la Universidad del Norte, y a inaugurar en el occidente la primera universidad para la Cuarta Revolución Industrial.

Posesion Gabinete del alcalde

El alcalde Daniel Quintero ya posesionó parte de su Gabinete.

Quiero llamarlos a la unidad para hacer de Medellín una Ecociudad.

Para emprender de nuevo los grandes proyectos de ciudad, el tranvía de la 80, el tren de cercanías, y los diseños para la segunda línea del metro.

Utilizaremos tecnología de punta para lograr una movilidad inteligente, construiremos la gran cicloruta norte-sur, instalaremos bicicletas eléctricas en Encicla.

Nuestras condiciones topográficas nos obligan a ser especialmente sensibles con el cuidado de la calidad del aire. Actuaremos con contundencia para prevenir períodos de crisis, pero más importante, tomaremos medidas de fondo que nos permitan superarlas.

Para ello es indispensable recuperar los grandes proyectos de construcción en el centro de la ciudad y las zonas planas del valle. Densificar los usos de vivienda, comercio y servicios evitará que Medellín siga creciendo en las laderas y las periferias.

Una ecociudad también implica un manejo eficiente e inteligente de los residuos sólidos, y la masificación de los vehículos eléctricos y a gas.

Me opuse a la tala del Túnel Verde y lo haré con todos los proyectos que signifiquen talar árboles urbanos, sin una adecuada recuperación de espacios verdes que disminuyan la temperatura de la ciudad y aumenten el valor económico de nuestras propiedades.

Quiero llamarlos a la unidad para hacer de Medellín Valle del Software.

2020 tiene que ser la década del empleo.

Como muchos de ustedes han escuchado, una de nuestras principales propuestas es convertir a Medellín en Valle del Software. El Valle del Software es una estrategia de desarrollo económico con el objetivo de gestionar a partir de la educación, la innovación y el emprendimiento nuevas oportunidades que generen miles de empleos bien remunerados en áreas asociadas a la economía digital y la Cuarta Revolución Industrial.

Cuando termine nuestro período el 100% de los colegios de la ciudad tendrán un bachillerato técnico con énfasis en tecnología y 50 mil personas habrán ingresado a mercados asociados a la economía digital.

Haremos un programa masivo de “reentrenamiento” de modo que quienes ya estudiaron otras carreras puedan aprender a desarrollar código.

Inauguraremos la Ciudadela Nuevo Occidente que será la primera Universidad para la Cuarta Revolución en Colombia. Así mismo, apoyaremos e incentivaremos la creación de empresas relacionadas con la tecnología y el software en las comunas; incentivaremos la investigación científica desde las universidades, y Gestionaremos el nombramiento de Medellín como Distrito Especial de la Innovación y la Tecnología, al tiempo que seguiremos insistiendo para que Medellín sea la sede del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

El Valle del Software también implica una apuesta en gobierno digital que facilitará la comunicación con la ciudadanía, el diseño de políticas públicas con base en información, la reducción de trámites y el aumento de la transparencia.

Quiero llamarlos a la unidad para Recuperar lo Social.

La nuestra será una alcaldía honesta, por la transparencia, y contra la corrupción y la politiquería. Pero en especial una alcaldía para la gente.

Es por eso que solicité detener el aumento de impuesto predial. Hay que darle un descanso de impuestos y alzas en los servicios públicos a la gente.

Por esa misma razón, el día de mañana le pediré al concejo aprobar un fondo de auxilio para evitar que los aumentos que fueron programados en energía en el periodo anterior no golpeen a la ciudadanía.

Adicionalmente, en este primer año, asignaremos el presupuesto necesario a la Subsecretaría de Servicios públicos para que 90 mil familias que no tienen gas cuenten con este servicio y no tengan que seguir pagando altas tarifas de energía. Esto será un descanso para cerca de 400 mil ciudadanos de Medellín, casi una quinta parte de la población.

Recuperar lo social significa construir un nuevo modelo de gestión social basado en la prevención y en las oportunidades; crearemos Equipos Territoriales de Atención Familiar Integral con los que llevaremos médico, psicólogo, nutricionista, y trabajador social. 100 mil familias se beneficiarán de este programa en su primera etapa. Construiremos el Hospital del Norte, el Hospital de Salud Mental y terminaremos el Hospital de Buenos Aires.

Recuperar lo social es reconocer que la vida es sagrada.

La mejor política de seguridad es una integral en la que se persiga al delincuente, pero que invierta en la gente. La mejor política de seguridad es la política que inicia en los hogares y en las escuelas, que se construye en los barrios, con educación, deporte, arte y cultura.

Utilizaremos tecnología de punta para atacar el fleteo y nos enfocaremos en arrebatarle los niños a los combos con inversión, y persiguiendo a quienes los estén instrumentalizando. Si le quitamos los niños a los combos veremos el principio del fin de la violencia de combos en Medellín.

Yo me sueño una ciudad sin hambre y con muchas oportunidades para todos. Pero para lograrlo, no basta con mi compromiso. Por eso quiero hacerles un llamado a los empresarios antioqueños para que me ayuden en este reto. Que traigan a sus diccionarios de nuevo la palabra solidaridad. Que recuerden el ejemplo de Pablo Tobón Uribe, de Manuel Uribe Ángel, de Ricardo Olano, de Carlos E. Restrepo, del mismísimo y recordado Nicanor Restrepo. Las empresas antioqueñas fueron un orgullo porque fueron sensibles a las necesidades del ser humano y un apoyo para el desarrollo de iniciativas útiles para la sociedad, con visión de futuro y de conjunto. Yo quiero contar con los empresarios antioqueños para que me ayuden, para que le ayuden a la ciudad, en ese empeño. Donde come uno también comen dos, decían nuestras abuelas.

Apostarle al futuro también puede ser pensar en volvernos una ciudad solidaria.

Quiero llamarlos a la unidad para sacar adelante a Hidroituango.

Ahora que enfrentamos los retos de Hidroituango, es bueno recordar que debajo del asfalto que hoy pisamos corrieron los rieles del ferrocarril de Antioquia que no sólo le dieron nombre a esta avenida que cruza a la ciudad, sino que además nos recuerdan esos tiempos cuando se decía que era imposible conectar por ferrocarril a Medellín con el magdalena y de ahí con el mundo entero debido a la barrera natural de La Quiebra. El ingenio de un estudiante en la Escuela de Minas, entonces anexada a la Universidad de Antioquia, resultó en los diseños de una obra que significó construir el séptimo túnel más grande del mundo: el paso de la quiebra.

Así como lo hicimos entonces, lo haremos ahora. Sacaremos a Hidroituango adelante.

Juramento del alcalde

Ante una juez de la República juró como alcalde de Medellín, Daniel Quintero.

Quiero llamar a la Unidad para sacar adelante a Antioquia.

Quiero reafirmar mi compromiso con toda Antioquia. Doctor Aníbal, en la alcaldía de la ciudad capital estará un amigo para que trabajemos juntos por Medellín y por Antioquia, porque las dificultades de Antioquia son y serán las dificultades de Medellín. Si a Antioquia le va bien, bien le irá a la ciudad.

Juntos construiremos el tren de cercanías y sacaremos adelante el puerto de Urabá, las vías 4G de Antioquia y el Túnel del Toyo.

Soy consciente de la responsabilidad que tengo. Me he preparado toda la vida para este reto y serviré a mi ciudad con amor, apertura y diálogo. En mí encontrarán un alcalde de puertas abiertas a la ciudadanía, exigente con mi equipo de trabajo, riguroso en las decisiones, respetuoso de la diferencia, transparente con la información…

Decidí tener un gabinete paritario porque creo en el poder del liderazgo femenino para llevar a cabo transformaciones positivas en la sociedad. Las mujeres son esenciales para la construcción de una sociedad pacífica, justa y democrática.

Mi gobierno será reconocido por su capacidad de innovación, una gran sensibilidad social y una alta capacidad de ejecución en todos los frentes.

Le pido a Dios que nos bendiga, a mi familia, a nuestro gabinete, a los funcionarios, empleados y contratistas de la Alcaldía. Que Dios bendiga a Medellín. Muchas Gracias.

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