Han pasado cinco años desde que Mauricio Londoño, de 30 años, se enteró que era portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), un retrovirus que ataca el sistema inmunológico de quien está infectado pero que, contrario a lo que piensan muchas personas, no se trata de ninguna enfermedad terminal.

Este joven, graduado de Comunicación Organizacional y de Gestión Humana, aseguró que más allá de tener que enfrentarse a los mitos y falsos conceptos acerca del VIH, es aún más complicado aceptar que, debido a la falta de información y el desconocimiento, las personas infectadas continúan siendo víctimas del estigma y la discriminación en “una sociedad como la nuestra, históricamente conservadora”.

“Cuando uno va a los controles cada mes, incluso, entre los mismos pacientes nos miramos de forma extraña y nos ponemos barreras, nos llenamos de prejuicios. Si eso sucede entre los mismos portadores, imagínese qué podríamos hablar de la sociedad, que no sabe nada sobre esto”, expresó.

Testimonio que concuerda con la opinión de Diego Alberto Molina Ramírez, médico internista e infectólogo de la Sociedad Integral de Especialistas en Salud (Sies Salud), quien aseguró que todavía se sigue observando un alto grado de discriminación al interior de las comunidades y de las propias familias de estas personas.

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“Es absolutamente claro que el principal mecanismo de transmisión de VIH en Colombia son las relaciones sexuales, bien sean heterosexuales u homosexuales”, dijo el doctor Molina, por lo cual instó a la sociedad a dejar atrás todos esos mitos relacionados con el VIH y el Sida.

En este punto, es importante destacar que una persona tiene Sida cuando la infección por VIH está en un nivel muy avanzado. Es decir, pueden pasar años antes de que el virus haya producido suficiente daño en el sistema inmunológico y que el síndrome se desarrolle, por lo cual, aunque tienen relación, no se deben confundir estos dos términos.

Además, expresó que el virus “no se transmite porque una persona infectada abrace a otra, ni porque le dé un pico; tampoco por comer del mismo plato del paciente con VIH. Eso son sólo mitos, cuentos”.

Sin embargo, también hay otros tipos de transmisiones, como cuando una persona recibe una transfusión sanguínea de alguien con el virus, aunque en Colombia, según el doctor, es “supremamente infrecuente que esto pase”, pues desde que comenzó la década de los a 80 todas las muestras de sangre se les realiza una serie de minuciosas e intensas pruebas. 

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Otro tipo de transmisión sería la de madre a hijo, aunque de acuerdo a los avances en el país, relacionados a este tema, es posible que una mujer en embarazo recibiendo una terapia adecuada y efectiva disminuya la probabilidad de contagiar al bebé en menos de un 1%.

“Queda entonces claro que una persona con VIH puede tener una vida completamente normal. Lo único que variará es que tendrá que ser muy juiciosa tomándose un tratamiento antirretroviral, tomar algunas precauciones a la hora de tener relaciones sexuales pero, sin duda, podría vivir 70, 80 o más años”, destacó el médico.

Afrontamiento positivo 

Mauricio no oculta que lo invadieron los nervios y el temor cuando se enteró que era un paciente portador de VIH. Sin embargo, comenzó a leer e investigar acerca de su enfermedad y comprendió que su vida estaba en sus propias manos.

“Soy yo quien debo cuidarme, así que si llevo una buena alimentación, hago deporte y, sobre todo, si me tomo mis medicamentos en los horarios oportunos, pues voy a tener una muy buena calidad de vida por muchísimos años”, manifestó.

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Y es esta fuerza mental, que desde la psicología se denomina como Estilos de Afrontamiento Positivos, lo que científicamente permite que el organismo de alguien contagiado con el virus genere mecanismos que ayuden a enfrentar mejor esta condición.

Así lo explicó el psicólogo, docente e investigador de la Universidad de Medellín César Núñez Rojas, quien resaltó la importancia del acompañamiento terapéutico en las diversas fases de las personas infectadas con este tipo de enfermedad.

“Un tratamiento de orden médico, con todas las tecnologías que existen hoy en día, si bien es eficiente, no resulta suficiente si no se acompaña de un proceso de trabajo psicológico con los pacientes”, dijo el experto.

Además, destacó que existe algo que se llama Sentido de Realidad del Nivel de Gravedad de la Enfermedad, lo cual no pretende generar expectativas mentirosas o que no son reales en la vida de los pacientes, porque cuando un virus de este nivel pasa a una etapa avanzada lo que se debe hacer es ayudar a la persona a enfrentar las consecuencias, incluso la posibilidad de morir.

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“Y no sólo es en los casos de VIH, sino que en general en muchas enfermedades la psicología de la salud ha tenido y tiene reportes científicos a niveles de sobrevida. Ahora bien, una responsabilidad grande de nuestra profesión es cómo trabaja en términos preventivos y promocionales de la salud para no pensar que luego vamos a enfrentar a las personas que van a tener el virus o van a desarrollar el Sida propiamente”, señaló el docente.

Acceso a los tratamientos

Las EPS en Colombia, a través de las Instituciones Prestadoras de Salud, son las responsables de captar a los pacientes con VIH, darles tratamiento y brindarles un manejo integral de su enfermedad, explicó el doctor Diego Alberto Molina.

Y aunque está convencido de que el acceso a estos tratamientos ha venido mejorando conforme pasa el tiempo, hay un detalle importante y es que aquellos medicamentos que no están dentro del Plan Obligatorio de Salud complican su consecución para muchos pacientes del régimen subsidiado y para algunos del régimen contributivo.

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Entretanto, Mauricio señaló que comenzó a tomar sus medicamentos hace cinco años debido a que tenía una pareja estable, por lo cual debía prevenir una transmisión y, aunque de principio no hubo problema con sus citas ni con la entrega de sus antirretrovirales, que incluso eran recetados para seis meses, con el tiempo las cosas se tornaron más complicadas.

“Ahora los medicamentos se entregan para 30 días precisos y el paciente tiene que ir a reclamarlos personalmente, lo cual no sólo genera descontrol y desorden sino que es un trato inhumano que toque hacer filas eternas de más de cinco horas, bajo el sol y el agua y aguantando hambre, esperando por una medicina”, narró.

¿Se perdió el miedo al VIH?

El psicólogo César Núñez considera que hay  un elemento que ha denominado como “vivir al límite del riesgo”, el cual consiste en no calcular las consecuencias derivadas de los estilos de vida riesgosos en términos de la salud física y la salud mental.

“Eso se da porque en la perspectiva de la vivencia, la intensidad del momento suele ser más regulatoria que las condiciones de cálculo del riesgo posible de las acciones que llevan a cabo los jóvenes”, dijo.

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Es por ello que, según explicó, una de las preocupaciones de los grandes organismos mundiales de la salud es cómo los estilos de vida están asociados al aumento de presencia del VIH que, entre otras cosas, muchas personas ni siquiera saben que son portadoras.

Por su parte, y en la medida que hay quienes consideran que el VIH es una enfermedad que simplemente se puede tratar, resaltó el doctor Molina que no es que se haya perdido el miedo a contagiarse, pero sí se puede hablar de un cierto grado de relajación.

“La recomendación más importante siempre será una educación hacia la prevención, cosa que es bien complicada en nuestro sistema de salud. Tampoco podemos olvidar que esta es una sociedad a la cual primero hay que educar en valores y, sin duda, se tiene que pensar en lo efectivo que ha sido el uso del condón para prevenir la transmisión del VIH”, concluyó.

VIHtalizate

Por medio de alianzas estratégicas con la Fundación Antioqueña de Infectología y Fundapoyarte, ViiV Healthcare, empresa farmacéutica global especializada en VIH y dedicada al desarrollo de avances en el tratamiento y en el cuidado de personas que conviven con esta enfermedad, está trabajando para reducir los índices de subdiagnóstico del virus en diferentes regiones de Colombia y en asegurar el acceso de los pacientes seropositivos a tratamiento retrovirales. 

El proyecto VIHtalizate es una iniciativa que espera impactar a 2.000 personas y tiene como objetivos identificar nuevos casos de VIH a través de la realización de pruebas rápidas y fomentar la educación para el cambio de comportamiento en personas viviendo con la enfermedad.

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Los pacientes seropositivos están recibiendo un seguimiento integral de seis meses que busca asegurar la atención médica, el acceso a tratamientos antirretrovirales y acompañamiento psicosocial.

El programa inició el pasado 15 de enero del 2017 en los municipios del área metropolitana de Medellín, donde más de 60 personas han sido diagnosticadas con VIH.