Yuberjen Martínez es un deportista nacido en Turbo pero criado en Chigorodó Antioquia. El boxeo llegó a su vida como una medicina para calmar esa energía que rodeaba su cuerpo y su mente, al principio no le veía mucha gracia, pero al descubrir los logros que podía conseguir y notar que tenía talento, se enamoró del deporte y su hambre de éxito le hizo poner el listón cada vez más alto.

“Mientras más dura es la batalla más grande es la victoria”, asegura el de Chigorodó. Quién a pesar de no haberse imaginado nunca ocupar el segundo lugar en una olimpiada, no se conforma con eso y su nueva meta es entonar el himno de Colombia desde lo más alto del podio.

“Yo me sentí orgulloso,fui con un objetivo que era hacer historia y lo logré, pero quería aún más, Tenía un sabor agridulce porque no había obtenido la medalla de oro”.

Martínez trabaja sin cansar para conseguir su sueño, por eso tomó la decisión de continuar como boxeador amateur. Para poder seguir en el ciclo olímpico que lo conduce a Tokio, lugar donde espera coronar el esfuerzo de tantos años.

“Eso lo pensé en el mismo momento que estaba recibiendo la medalla de plata, porque yo vine por más pero bueno, hay una segunda oportunidad y si yo salto al profesionalismo no la voy a tener. Para mí es más importante la gloria deportiva que el dinero”.

Yuberjen es un hombre que piensa mucho en el futuro, no solo en el suyo sino en el de todos los jóvenes que practican deporte en el país. Es por eso que Tremendo, como le dicen sus allegados y amigos, se unió a la campaña Inspirados para Vivir. Con la convicción de poder ayudar a aquellos jóvenes que le recuerdan tanto sus inicios, porque quizás tienen el talento pero les falta apoyo.

“Todo es un proceso, si nosotros para construir un edifico no ponemos buenas bases,pasa un viento y se lo lleva. Pero si estos jóvenes vienen con fortaleza y un apoyo suficiente, podemos evitar que se metan en malos pasos y se desvíen del camino. Por eso me parece una campaña muy bonita,porque a través del deporte y el estudio si se puede salir adelante, mi caso es fiel ejemplo de ello”.

A pesar de probar las mieles de la gloria, el pugilista no se mareó, así como es para pelear, se comporta en la vida. Es consciente de sus habilidades pero no se confía, se toma las cosas con cordura y sabe que dejar que el éxito se le suba a la cabeza podría ser un error muy grave.

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Después de hacer historia en las olimpiadas, el de Urabá sueña con una carrera como profesional, pero eso no lo desvela. Tiene claro que a sus 25 años de edad le quedan muchas peleas por delante y un objetivo que cumplir. Convertirse en el primer púgil colombiano en colgarse la medalla dorada en unos Juegos Olímpicos.

“En Colombia hemos tenido muchos campeones mundiales, pero en boxeo no hemos podido alcanzar el oro olímpico, por eso quiero seguir haciendo historia e ir por esa medalla”, cerró el antioqueño.