Hoy estamos en estado de alerta —sin comillas—. Por eso necesitamos decisiones valientes y responsables
6 de marzo, 8:00 am. Sergio Orozco, Secretario de Medio Ambiente de Medellín: “Hemos preparado a la comunidad para que esté capacitada y pueda identificar los momentos en los que, entre comillas, debe estar alerta”.
6 de marzo, 3:00 pm. Sergio Orozco, Secretario de Medio Ambiente de Medellín: “Aclararle a la ciudadanía que acá estamos mostrando una realidad del territorio”.
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En ese lapso la mayoría de estaciones de medición de calidad del aire pasó de naranja a rojo; en otras palabras, de prevención a alerta. Señor Secretario: ¿Cuándo se refería en la mañana a “alerta” —así entre comillas— significa que un aire en estas condiciones era un asunto menor que no debe despertar la inquietud de la ciudadanía?
Vale la pena preguntar entonces por los resultados de esas medidas adoptadas en el estado de prevención. Se dio un paso importante en el último año al, por lo menos, tomar decisiones. Recordemos que hasta el año pasado era apenas un asunto de recomendaciones. Sin embargo, con ambas estrategias el resultado fue el mismo: “alerta” ambiental y un aire dañino para grupos sensibles.
No se puede atacar la inteligencia de los ciudadanos afirmando que las medidas del
estado de prevención sirvieron. Hoy estamos en estado de alerta —sin comillas—. Por eso necesitamos decisiones valientes y responsables.
“Son medidas de paso”, dijo el mismo secretario al invitar a la ciudadanía a acoger las decisiones contempladas para un nivel de contaminación como el alcanzado en las últimas horas. Lo que en ocasiones esperaría la ciudadanía es que se tomen medidas valientes ante un problema público, que afecta el principal bien público; del que ni siquiera se escapan quienes se empeñan en “cuidar” la imagen de la tacita, por encima de la realidad.
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Una vez entendidas y constatadas con evidencia técnica y práctica las características del problema, se hacen necesarias medidas valientes que eviten llegar a una nueva contingencia ambiental.
Hablo, por ejemplo, de que todo el dinero de sobretasa a la gasolina y que no va al pago de la deuda del metro, esté destinado a incentivar movilidad no motorizada; hablo de quitarle el miedo al pico y placa todo el día o a implementar en zonas como el centro; hablo de medidas para evitar los eternos tacos de los sábados al medio día; hablo de acciones que derriben mitos sobre la movilidad eléctrica; hablo de incentivos al transporte público en comunas con una alta relación de vehículos por familia; hablo de que no es suficiente con tener la mejor red de medición de la calidad del aire, Medellín le tiene que apostar a un nuevo aire.