Para el psicopedagogo y dibujante Francesco Tonucci, el principal reto de la educación es lograr la felicidad de los niños en un entorno donde se desarrollen sus capacidades e intereses.
¿Se ha preguntado si a sus hijos les gusta estar durante todo el día en el jardín? ¿Conoce cuáles son sus capacidades y las áreas que más le gustan? ¿Sabe si su hijo se siente seguro en la ciudad o si la ve inmensa e inabordable? Todos estos temas fueron tratados en la tarde de lunes, en el auditorio de Comfama de San Ignacio, por el psicopedagogo Francesco Tonucci.
Por el psicopedagogo y el dibujante, porque Tonucci también es Frato, un hombre que ha retratado a la ciudad desde los ojos de los niños. “Hacen bien en presentarme como dos”, comentó Tonucci ante un auditorio lleno que contaba con la presencia de familias, docentes y personas relacionadas con el mundo de la educación.
Francesco Tonucci, investigador de Psicología del Consejo Nacional de Investigaciones de Roma, se ha dedicado con toda su pasión al estudio del pensamiento y el comportamiento infantil, tocando ámbitos esenciales como la familia, la escuela y la ciudad, siempre desde la perspectiva de los niños.
Tonucci fue invitado por Comfama en el marco de la celebración del mes de los niños y del Día del idioma. Según Claudia Restrepo Montoya, responsable de capacidades de Comfama, esta invitación le apuesta “al diálogo activo, libre y consciente de las familias, las empresas y las regiones en torno a la educación y al aprendizaje de los niños”.
Igualmente, Restrepo Montoya señaló que el deseo de Comfama es hacer que el tema de la educación, tan importante para las familias afiliadas a la caja de compensación, “se vuelva extensiva para toda la comunidad”.
Durante la conferencia, Francesco Tonucci proyectó imágenes de su más reciente libro Los niños y las niñas piensan de otra manera, donde a través de las ilustraciones de Frato muestra escenas cotidianas de los niños y cómo estos leen su entorno a través de sus propias capacidades e intereses.
“Los adultos lo hemos hecho todo mal”, comentó Tonucci, mientras proyectaba sobre la pantalla la viñeta de un niño que propone alternar sus horas en el jardín infantil con varias horas al lado de su mamá. Para el experto, el principal problema de los adultos es que no tienen en cuenta los intereses y necesidades de los niños.
“El artículo tres de la Convención sobre los Derechos del Niño dice que sus intereses priman sobre los demás, pero los padres están muy ocupados para pensar en ello”, dijo ante un público atento a sus palabras.
Tonucci propone que los jardines y las escuelas no sean esos lugares donde los padres dejan a los niños sin que estos puedan escapar, sino más bien entornos donde puedan crear y jugar, y donde, además, no tengan prisa en adquirir conocimientos.
Otra de sus críticas es a la intensidad de los horarios y de los deberes escolares. Para esto, se apoya en su experiencia como maestro y en las palabras de un niño que conoció en Puebla, México. El pequeño señaló que para aprender todo lo que enseñaban en la escuela, sólo hacía falta asistir dos días a la semana.
“La mejor escuela es aquella en la que el niño no se aburre. Aunque cuando una escuela no aburre, los adultos piensen que es una escuela poco seria”, comentó Tonucci, quien opina que la escuela debe enfocarse en potenciar las características y cualidades de los niños.
En otra viñeta, Frato (y Tonucci) muestra una escena simple: dos niños que describen un conejo con todo el detalle, mientras la profesora se acerca y les dice que es hora de dejar el juego y volver a la clase de ciencia.
El psicopedagogo comentó que el conocimiento científico requiere, primero, el acercamiento con el mundo: “¿Cuál es la prisa de enseñar conceptos que ni los profesores entienden?, hay que dejar que los niños miren su entorno y lo describan porque esa es la ciencia, la ciencia de los niños”, enfatizó.
Igualmente, Francesco Tonucci opina que el acercamiento a la literatura es el mejor regalo que un profesor puede darle a sus alumnos. Sin embargo, esta lectura debe ser desinteresada, apartada de los deberes académicos. “Si un profesor consigue que todos sus alumnos y alumnas les guste leer, ha cumplido con su trabajo”, señaló el experto.
Para Tonucci, la ciudad es fundamental en el aprendizaje de los hijos, pues es el lugar que debe estimular la creatividad de los niños y que estos deben reconocer como propio. Igualmente, señaló que el Estado no debería poner la mirada en reformar la escuela, sino “comprometerse en la formación de los maestros”.
“Un maestro, dentro de su clase, puede hacer la revolución que quiera”, señaló, mientras los maestros asistentes sonreían. “El reto principal de la educación es asegurar la felicidad de nuestros niños, que sólo se logra cuando desarrollamos su juguete favorito, sus capacidades”, enfatizó el experto.