Los que aman el palabrerío militar verán un paisaje de posguerra.
Sólo en eso habrán vencido. En todo lo demás perderemos todos.
Permítanme mirar al desierto y buscar la sombra de un árbol. El panorama desolador de los días siembra de incertidumbre los minutos. Y en el horizonte se ha desvanecido la promesa con que escribías tus certezas. Varias veces al día leo-escucho-veo la expresión “cuando volvamos a la normalidad” y me pregunto si esa normalidad mañana no será solo nostalgia. El temor ya se ha instalado y con él y los decretos y el autocuidado vendrán nuevos hábitos que no nos abandonarán de forma simple. Porque esto que algunos matizan con nuevas rutinas -los que pueden- y con reflexiones sesudas -los que pueden- nos llevará a la calle -cuando se pueda- con un trauma, no con una resaca.
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Este tiempo de forzosa pausa colectiva tiene un fin: disminuir el número de contagios y aprovechar ese tiempo para avanzar en el conocimiento de la enfermedad -de eso se encargan los que saben- y construir una infraestructura provisional que ayude a soportar el impacto de lo que vendrá -de eso se deben ocupar los que deciden-. La situación, según los que usan el lenguaje bélico, está un poco planteada así: es el momento de cavar refugios antiaéreos en espera del bombardeo masivo que lloverá del cielo. La pregunta es ¿sí los están construyendo? Las estadísticas que intentan medir lo que siempre será un sub registro estiman que el número de contagios será tan alto que hay más probabilidades de contraer el virus que de no hacerlo. Y ya lo cantó el Gran Combo de Puerto Rico: no hay cama pa´ tanta gente.
El luto caminará cerca, a esa tristeza no le importará mucho el distanciamiento social porque la tendrás al lado tuyo. Y dolerán las lágrimas. Lo que venga después será cualquier cosa menos fácil. Hablarán mil veces más acerca de La Reinvención y eso me sonará tan abstracto como cuando hablen mil veces más de Volver a La Normalidad. El desfile de bolsillos vacíos, de estómagos vacíos, se ocupará de bautizar el siguiente instante. Probablemente le llamen La Escasez.
Los que aman el palabrerío militar verán un paisaje de posguerra.
Sólo en eso habrán vencido. En todo lo demás perderemos todos.