¿Cómo explicarle a un estudiante de colegio cómo es el periodismo narrativo?
La forma más clara de explicarlo es decir que el periodismo narrativo cuenta cuentos ciertos, cuenta las mismas noticias que aparecen en los diarios y los noticieros pero buscando, como decía García Márquez, contar la historia completa y de una forma que llegue, que entusiasme y haga entender quiénes son los personajes; cuál es el lugar; que describa y cree escenas así como esas historias que se contaban alrededor de fogatas en los pueblos desde antes de la invención de la escritura.

Contar lo que pasa con el poder, la corrupción, los presidentes, las guerras o la violencia, pero también lo que le pasa a la gente común, porque una de las cosas que se logra con el periodismo narrativo, si está bien hecho, es lograr que el lector se identifique con lo que le pasa a otros y entienda cómo es ser otro y qué sucede más allá de su casa y su familia.

¿Podría explicar a los lectores de EL MUNDO cómo construyó la teoría mediante la cual explica el particular modo que tenemos de ver y afrontar la realidad partiendo de los cuatro Evangelios escritos por San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan?
A mi me llamó mucho la atención ver que habiendo cientos de textos sagrados, porque cada religión tiene el suyo, pero en todos la palabra sagrada de la divinidad se expresa de una vez y para siempre. Hay una forma única que tiene el Nuevo Testamento de contar la misma historia cuatro veces, porque es casi como si uno llega a un kiosco y se encuentra con la historia de Jesús contada por cuatro diarios distintos.

A mi eso me llevó, más allá de la idea que se cuenta, a ver que en ese texto encontramos cuatro formas muy distintas de contar una historia y yo lo relaciono con las cuatro maneras de pensar el ¿para qué estamos contando? Entonces yo identifico a cada uno de los cuatro evangelistas como: San Mateo con el abogado que cuenta para convencer; San Lucas, el historiador que cuenta para obtener la historia entera; San Juan el poeta que cuenta para que refulja la palabra y San Marcos quien es el cronista o periodista narrativo que cuenta para meter al lector en la historia.

¿Ha contribuido lo digital al logro de un mayor impacto del periodismo narrativo?
Muchos periodistas narrativos tenemos nuestro blog y Facebook y Twitter para hacer un diálogo con aquellos lectores a los que les interesa lo que escribimos y esto de paso nos sirve para seguir otros blogs. Hay que tener claro de qué va a hablar uno, porque un blog no es de cualquier cosa que se me ocurra y en el que mezclo cosas personales con cosas profesionales sino que, creo, los que tienen más sentido y más éxito son los que se centran en una porción de la realidad o una forma de contar en la que la gente se va a encontrar con esa voz que busca.

El tema de compartir o retuitear hace que formemos algo que antes era muy difícil, porque si nosotros éramos amigos en 1985 yo le sacaba fotocopias a algo que había leído o te prestaba mi revista, pero ahora lo puedo compartir por redes sociales.

¿Se puede hacer periodismo narrativo desde los medios tradicionales?
Yo suelo colaborar en dos medios, uno es el más tradicional de Cataluña, que es La Vanguardia, y otro es la revista de libros Ñ, que pertenece al diario Clarín en Argentina.
Yo no separo nuevos o viejos medios sino buenos y malos medios, porque hay medios independientes y otros ligados a un poder y estos últimos bailan como el mono, en la música que les pone el que los paga, mientras otros buscan no sólo la calidad y contrastar los datos sino la mirada independiente y bien contada.

¿Cómo contar historias sin la “contaminación” o los intereses que mueven a los medios?
Elegir tus propios temas da una libertad de ir texto tras texto construyendo una voz propia y un propio diálogo con tus lectores, pero también sucede que a muchos de los periodistas que se destacan y son buenos, los medios, aunque su papel sea de colaboradores, les piden cosas porque no quieren que los temas los toque cualquiera, sino el que sabe y ha hecho investigación sobre un tema específico. A medida que se tiene un nombre pasa también que te buscan y te piden cosas pero entonces uno de a poco va teniendo sus propios límites y decide si está dispuesto a negociar y qué negociar con el medio.

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Pero, ¿esa capacidad de negociar se logra sólo cuándo se construye un nombre?
Hay distintos tipos de contadores y distintos tipos de relaciones con medios. Yo por ejemplo fui periodista bastantes años del medio Siglo XX y la forma como un periodista se contactaba con su público era a través del medio para el que escribía y como mucho cada tanto sacaba un libro.
En este momento ha pasado, por un lado en los medios, un tema económico que es que cada vez hay menos periodistas de planta y más colaboradores; entonces los colaboradores no se ponen la camiseta del medio sino que tienen su propia voz y ese es el patrimonio de quienes escribimos: mi voz, mi ética, mi nombre que no es poca cosa; es la credibilidad.

Rara vez un lector se pasa a otro medio porque se pasó su periodista preferido, pero hay periodistas que se han ganado el que los busquen allí donde estén y allí donde publiquen.
Martín Caparrós es un perfecto ejemplo de esos que no es que uno lea un diario y da la casualidad que uno de los que está ahí es Martín, no, yo voy a buscar lo que dice Martín sobre el caso Nisman o sobre el caso Maldonado en Argentina o sobre el quilombo de la independencia de Cataluña, allí donde él esté. En esta profesión como es pública tener una voz propia es algo que vale.

Estando en un Festival de Nuevo Periodismo,  ¿para usted qué es el nuevo periodismo?
El gran problema con la palabra nuevo es que pierde vigencia muy pronto y luego ¿cómo llamas a lo siguiente? Acá hubo un par de grandes reuniones en las que la Fundación Nuevo Periodismo los llamó nuevos cronistas de indias. Yo creo que lo de nuevo es un nombre más de marketing porque lo que se está llamando posverdad o las fakenews también son nuevas pero es algo malísimo.

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Entonces yo diría que hablamos de algo actual, porque tiene que ver con los temas actuales y las herramientas actuales y con eso no estamos hablando de volcar el papel en algo online sino saber usar las herramientas.

¿Usted daría algún consejo para escribir y narrar mejor?
Yo hablaría de tres cosas: leer, leer y leer, no sólo textos de periodismo sino literatura, novelas, tratados, ver cine, asistir a exposiciones de arte y estar siempre atento a las formas de contar ficción y no ficción. Es clave ser una persona culta pero también salir a la calle y hablar con todo el mundo, y sobre todo con los que no piensan como vos.