En su obra Mujer que sabe latín, Rosario Castellanos criticó el rol que la sociedad le ha asignado a la mujer, una sátira que incluye el análisis de los roles sexuales y las diferencias de género. Con motivo de una información que circula por redes sociales con frases que habría incluido esta escritora en sus publicaciones, EL MUNDO consultó su veracidad.
En la fecha de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, usuarios en las redes sociales compartieron apartes de una de las obras de la poeta y novelista Rosario Castellanos, símbolo del feminismo latinoamericano.
Catalogada como una de las escritoras mexicanas más destacadas del siglo XX, Rosario Castellanos (1925-1974) enfocó su producción literaria a la protesta feminista. En textos como Mujer que sabe latín, una serie de ensayos publicado en 1973, expuso su preocupación por la desventaja social de la mujer.
Esta obra de Castellanos ahondó en temas como la educación de la mujer en México y a su vez analizó la condición femenina a través de la historia.
En particular, esta recopilación de ensayos de la escritora reunidos en Mujer que sabe latín, título inspirado en el refrán sexista mexicano "mujer que sabe latín, ni encuentra marido ni tiene buen fin", es considerado como símbolo representativo de su vida, su obra y su visión de la realidad.
En esta obra, Castellanos también hizo referencia a escritoras como Simone de Beauvior (La Mujer Rota), Virginia Woolf (La señora Dalloway), Sor Juana Inés de la Cruz (El divino Narciso), Corín Tellado (El engaño de mi marido), y Gabriela Mistral (Lecturas para mujeres), entre otras escritoras que han plasmado la historia de las mujeres.
A continuación el fragmento compartido y del cual pudimos establecer su relación con las obras de la autora mexicana:
“Una mañana, el marido vuelve a su cabaña después de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro…
Viene un Guardián en su lancha, se acerca a la mujer y dice:
-'Buenos días, señora. ¿Qué está haciendo?'
- Leyendo un libro- responde ella (pensando '¿No es obvio?')
-Está en zona restringida para pescar- le informa él.
- Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.
-Sí, pero tiene todo el equipo, por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.
- Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer...
-Pero ni siquiera la toqué - dice el guarda.
- Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.
-Disculpe, que tenga un buen día, señora, y se fue...”.